jueves, 26 de noviembre de 2015

La Plata Ciudad Tendencial

LA CULTURA DE LA CERVEZA ARTESANAL

La ciudad de La Plata siempre repite la misma lógica, con cualquier tipo de consumo, funciona algo y se repite hasta el cansancio de manera exagerada, reduciendo las posibilidades de variar. Y esta formula se aplica desde los locales de ropa (que parecen que venden uniformes porque todos los locales ofrecen lo mismo) hasta la hora de organizar una salida.
Como señalé en otra nota, La Plata tuvo una notable ampliación cultural en lo que respecta a la cantidad de centros culturales que nacen, crecen y se desarrollan constantemente en cada rincón de la ciudad.
De los últimos tres años hasta acá, la oferta de los centros culturales autogestivos se consolidó como un eje fundamental de la cultura platense, constituyendo mucho más que un lugar importante en la agenda y hasta siendo parte de la identidad ciudadana.
Así como sucedió con estos espacios, la tendencia de las cervecerías artesanales está siendo ahora protagonista central de la cultura platense.
Lejos quedó eso de salir de noche de jueves a sábado a tomar algo, la tendencia de la cerveza artesanal convoca en cualquier día y  horario a compartir unas pintas con amigos, sobre todo tentando con “2x1” a la tarde y a mitad de semana.

Es cuestión de salir a andar (y  a beber) para darse cuenta que ésta pareciera ser la bebida  preferida de los platenses,  porque siempre están llenas las cervecerías y hasta se hacen filas para sentarse a degustar. Las cervezas embotelladas quedaron un poco de lado y los bares que las venden también.

No hay un registro específico de la cantidad de productores de cerveza artesanal en la ciudad, pero hay de sobra lugares para ir a probar una amplia y diversa variedad de sabores.
Están las tradicionales cervecerías y cada vez son más los bares y resto que añaden a sus cartas opciones de cerveza artesanal.

En la ciudad hay, como mínimo, dos eventos multitudinarios para la cerveza tirada, una es la feria de Cerveceros Platenses que se impone en 17 y 71 con decenas de productores locales que ofrecen cada vez una mejor calidad. Y por otro lado se hace también una feria de productores regionales, que encontró su lugar en la Plaza Malvinas.

A los platenses se nos acostumbró el paladar y hasta la rutina para frenar un poco en las tardes de la semana, y la típica para acompañar la cerveza ya no es el maní, sino las “papas”, que cada cervecería ofrece con algún condimento especial como plato de la casa. Se forma así el combo de preferencia “2x1 y un plato de papas”.
El hábito de la cerveza artesanal  ya se hizo costumbre en una sociedad que encontró entre la levadura y la malta la excusa perfecta para juntarse a disfrutar.



NOTA AL PIE:
Recomiendo visitar la página de Facebook Ol de Nait, hecha por un grupo de cuatro amigos que comparten sus criticas de cada bar que visitan.


miércoles, 4 de noviembre de 2015

Trabajar con y desde las emociones



Lo siguiente es un ensayo sobre una herramienta fundamental en el desarrollo de cualquier aspecto de nuestra vida: las emociones.
¿Qué sabemos? ¿Qué es la inteligencia emocional? ¿Para qué nos sirve saber que sentimos?
Y un anclaje especial a la labor del Gestor Cultural

         
Inteligencia Emocional: construcción social, condición cultural

La raíz etimológica de la palabra emoción proviene del verbo latino movere que significa moverse,  más el prefijo “e“,  que significa movimiento hacia.
Según el psicólogo Daniel Goleman, las emociones son en esencia, impulsos que nos llevan a actuar, programas de reacción automática con los que nos ha dotado la evolución. Es decir que emoción se vincula directamente con acción.
Edward De Bono, sostiene que si actuas como pensador tu pensamiento seguirá el movimiento, es decir que considera que es posible coincidir emoción con movimiento.
Dentro de cada uno de nosotros, existen dos formas de conocimiento que nos permiten actuar de determinada manera, una es una forma de pensamiento y la otra de sentimiento (vulgarmente se suele plantear un enfrentamiento entre un cerebro y un corazón a la hora de tomar decisiones). Podríamos decir que la parte del pensamiento, la parte mental, abarca la parte más racional de la que somos conscientes y a partir de la cual reflexionamos, y la otra forma se rige por el impulso, el sentimiento, quizá a veces más ilógico. Determinan entonces distintos movimientos según como usemos nuestra inteligencia.
Leslie Brody y Judith Hall, a raíz de sus intensos estudios, pronosticaron que, por diferencias de crianza en la infancia los niños y las niñas desarrollan diferentes tipos de inteligencia emocional, siendo las niñas quienes tienen más información sobre el mundo emocional y también desarrollan más habilidades verbales que los niños, quienes tienden a no saber verbalizar sus emociones y por eso suelen acudir más rápido a las reacciones físicas.
Claramente la educación de los/las niños/as está condicionada por parámetros culturales determinados en cada sociedad – aunque por factores de la globalización son bastante uniformes a nivel mundial – que sitúa a las niñas en un lugar más susceptible y/o comprensivo, mientras que el niño – futuro hombre- es más concreto, directo, sencillo y menos emotivo. Por lo que podríamos deducir que la inteligencia emocional está condicionada socialmente.
El músico Adrián Berra canta “putea si así quieres, grita si hace falta que los hombres también pueden llorar […] piensa menos y vive más “ y concluye preguntando “quien dice que lo que está bien y lo que se debe?”
Respecto a lo de “los hombres también pueden llorar”, evidencia completamente la rigidez y falta de emotividad con la que los estereotipos de la sociedad condicionan al hombre,  y luego cuando plantea pensar menos para vivir más, se acerca al planteo de actuar guiados por el sentimiento y menos por el pensamiento lógico.
Ahora nos preguntamos también qué es lo lógico, y volviendo a Edward de Bono, podemos definir al pensamiento lógico como aquel que aspira al mejor enfoque posible, es decir que acaba cuando se llega a un enfoque/solución satisfactoria considerando solo conceptos que se encuadren dentro de cierto sentido común.
¿Por qué el sentido común de la educación (escuela, familia, sociedad) se basa únicamente en nuestra inteligencia de pensamiento? En el segundo capítulo del libro Los Seis Sombreros Para Pensar, de Bono se plantea otra pregunta que se acerca a la respuesta: ¿ se nos paga para pensar o para seguir el pensamiento de otro? En este apartado el autor diferencia el pensamiento deliberado del pensamiento automático. El primero representa un pensamiento que traza un mapa para dirigir la acción, es decir que plantea un modo de hacer las cosas, el segundo representa la rutina, las cosas que hacemos repetitivamente y casi sin pensar. La mayoría de los empleos actualmente apelan más al pensamiento automático, respondiendo a intereses ajenos.
Luego, define la operabilidad como el pensar actuante, como la habilidad para hacer y el pensamiento que implica, y considera que esta cuestión debería ser parte de la educación.
Pero…¿Es funcional al sistema capitalista en el que estamos inmersos enseñar desde la infancia a conocer y trabajar con y desde la inteligencia emocional?
Volviendo a Goleman, el sostiene que pese a todas las limitaciones que nos impone la sociedad, la razón suele desbordarse por la pasión, ya que en la naturaleza humana, por su diseño biológico, el circuito nervioso está determinado por nuestra vida emocional. El hombre es un animal con instinto emotivo. Observando a los niños podemos ver de manera más directa como las emociones conducen las acciones, y que a medida que crece, cada vez más inmerso ( y consiente) de la lógica social, el mundo “civilizado” reduce estos “impulsos” y esto lo hace actuar de manera lógica. Para el capitalismo es más efectivo un trabajador con inteligencia lógica, que trabaje en la rutina.
Acá entonces, volvemos a sostener que la inteligencia emocional se haya determinada por la vida social, o sea por la cultura, y que a menor presión social (noción de condiciones de trabajo, reglas, leyes, parámetros establecidos) mayor es la acción por sentimiento (la acción por emoción intuitiva).
De acuerdo con Edward de Bono, la costumbre occidental de la argumentación y la dialéctica es defectuosa, ya que excluye lo creativo y lo generativo. La lógica de mercado impone un modo de trabajar repetitivo, rutinario, y en caso de llegar a la excepción se invade por el ego. Pese a que las capacidades de las personas son importantes lo aún más importante es favorecer un entorno de desarrollo de habilidades para pensar, de manera que así se desempeñe mejor el individuo en los diferentes ámbitos de su vida.
Aprender a trabajar la inteligencia emocional es imprescindible para poder evitar desbordarse en las situaciones trágicas o por la acumulación de tensiones y malas sensaciones que la vida cotidiana del siglo XXI nos impone, con sus rutinas aceleradas y las  malas noticias amarillistas de los medios masivos de comunicación que incitan a vivir cada vez más alterado, contribuyendo al estrés y al fastidio. Un gran ejemplo de la vida cotidiana y sus vicisitudes está plasmado en el último film de Damián Szifrón, Relatos Salvajes, donde personajes representan diferentes estilos de vida (una moza, un ingeniero, una mujer a punto de casarse) que colapsan por diversas situaciones. El cineasta define la trama basado en “ la difusa frontera que separa a la civilización de la barbarie, del vértigo de perder los estribos y del innegable placer de perder el control”, definiendo el proyecto como “una serie de relatos que «toma situaciones conflictivas de la cotidianeidad, esas a las que yo mismo he estado expuesto y que como ciudadanos comunes reprimimos tras medir el costo-beneficio de una acción, optando por ser menos impulsivos y no responder a las agresiones externas».
Esta película argentina batió records en taquilla siendo la más vista en menor tiempo, y en gran medida fue por la identificación del público con las historias, sumado al humor negro y la ironía que guionan el film.
Siendo conscientes de causas y consecuencias en un imaginario social instaurado, optamos por actuar condicionados por el sentido común y esto muchas veces genera represiones internas. Constantemente estamos expuestos a situaciones que nos sacan de quicio, pero optamos por ser menos impulsivos tratando de evitar reaccionar por emociones externas.
La importancia de conocer y emplear la inteligencia emocional es favorable para mejorar el desempeño personal y laboral pero también para evitar lo que Goleman  denomina como secuestro emocional y que lo explica cómo el reaccionar impulsivamente o, como dicen los investigadores, la manifestación una  «respuesta conductual inapropiada”.
En Relatos Salvajes, los personajes pierden el control por una sobrecarga emocional, Gottman, define estas situaciones como “desborde emocional”, donde las personas quedan enceguecidas buscando escapar de la situación o en algunos casos venganza, dejándose llevar por el impulso, ocurriendo así el “secuestro emocional” que se autoperpetua. La vulnerabilidad de las personas y su umbral de desbordamiento es relativa y cambiante.

La inteligencia Emocional en el ámbito laboral
A partir de los años 80 la inteligencia emocional comienza a ser fomentada en el ámbito laboral y comienza a tener gran peso dentro del mundo empresarial. Una gestión clara y concreta es fundamental tanto para elogiar como para criticar y corregir al personal, apuntando a una forma directa de resolver las cuestiones cotidianas.
De Bono, con la implementación de los seis sombreros intenta sacar al pensamiento del estilo argumentativo habitual y llevarlo a un estilo cartográfico: trazando un mapa y eligiendo la ruta, mediante un cambio de roles. Cada sombrero está representado por un color y una cualidad, esta condición permite quitar el ego y pensar en función al papel asignado de manera más libre. El propósito de pensar con los diferentes sombreros implica la representación de un papel definido (restricción del ego), dirigir la atención a un aspecto particular (uno por sombrero), favorecer el valor de la convivencia y tolerancia mediante el intercambio de ideas, todo mediante el establecimiento de las reglas de juego.
Esta dinámica manera de trabajar en grupo (o alternando uno los sombreros) permite dejar fluir ideas y pensamientos con una condición pero a la vez de manera más libre, y resulta un buen ejercicio para poner en práctica, para proponer o evaluar proyectos, ya que los sombreros ofrecen el paso de la intención al desempeño efectivo.
En caso de fomentar el uso de esta práctica y a la vez tareas que permitan el desarrollo de la inteligencia emocional los beneficios serán efectivos respecto a la capacidad de expresar quejas positivamente, crear un clima que valore la diversidad y para saber establecer redes eficaces.
Todas estas ventajas son de suma importancia para el desempeño, por ejemplo, de la gestión cultural, ya que en ella se requiere la creatividad y el trabajo colectivo interdisciplinario, ofreciendo resultados óptimos y sostenibles.
Es importante, en este tipo de equipos poder alentar el desarrollo de la inteligencia emocional, liberando el lado intuitivo de cada persona, de manera que pueda establecer su propio mapa para llegar al resultado, que pueda proponer nuevas e innovadoras propuestas desempeñando diversos roles o posturas guiadas por lo emotivo en pos a un determinado planteo pero desde una perspectiva personal, ya que si emitimos las emociones estaríamos dejando fuera una parte de la explicación de las cosas.
Posibilitar la fluidez del pensamiento lateral provoca nuevas inquietudes con respuestas que tienden a buscar otras – novedosas- soluciones, es decir se plantea una reestructuración del modelo.
El empleo de los sombreros permite dar mas de una respuesta, deja de creer que hay una sola o necesaria respuesta y predispone a innovar.
Pongamos por ejemplo, la acción guiada por el sombrero verde, que se caracteriza por la creatividad, la búsqueda de alternativas. Induce a ir más allá de lo conocido, de lo satisfactorio, de lo obvio. Requiere de un movimiento constante, partir de una idea y avanzar hasta llegar a otra, su principal elemento es la provocación que se utiliza para salir de lo habitual. Es decir, lo que requiere es el impulso, la elocuencia, lo arriesgado; se nutre del pensamiento lateral, de la reordenación de la información disponible hasta llegar a varias alternativas,  complementadonse con un buen manejo de la inteligencia emocional, que permita el autoconocimiento, la seguridad en uno mismo, el compromiso, la integridad, la comunicación eficaz, obtendríamos una mente completamente dedicada a su rol (pongámosle un gestor cultural organizando  una actividad) pudiendo expresarse en su totalidad y concentrando mejor su energía y sus pensamientos.
Lo mismo se aplica con el uso de otros sombreros y sus cualidades dentro del ámbito laboral pero también el uso de la inteligencia emocional  es útil en cuestiones cotidianas y vida de pareja.

El rol del gestor cultural en equipos interdisciplinarios se asemeja al de un líder, encausando y ordenando el proyecto.  El liderazgo asociado a colaborar en la construcción de un objetivo común, y no en relación al control de los demás.
Entonces, como desafío, a la hora de plantear trabajos o proyectos, el gestor cultural debe ser el primero en plantear una lógica de trabajo que transite desde el sentido común, los pensamientos lógicos, hasta enriquecerse desde la inteligencia emocional, fomentando el intercambio de ideas, la libertad de pensar,  tomando una postura adaptable y flexible a las diferentes opciones. Incitando al desarrollo de la creatividad, y para ello dándole el espacio y la oportunidad a los que trabajan de expresarse desde la intuición, desde lo emotivo. Permitirse apostar innovando desde lo que tanto se censuró o bloqueó, quitando límites, y explotando los beneficios de trabajar en grupo. Reconociendo y haciendo saber que no hay una única manera de resolver las cosas,  y que cada uno puede proponer una perspectiva diferente, planteando múltiples alternativas, siendo esta cuestión la más enriquecedora, proponiendo establecer nuevas asociaciones. Y para ello es fundamental que se desarrolle la inteligencia emocional de los grupos de trabajo.
El gestor cultural, debe desempeñar un rol que fomente una nueva cultura organizacional del trabajo, abierta, flexible, critica, que cuestione lo instaurado, teniendo en cuenta la lógica de la comunidad o institución en la que se vaya a intervenir, pero arriesgándose a innovar.






bibliografía
Goleman, Daniel, Inteligencia emocional, Editorial Kairós, 1996.
De Bono, Edward, 6 sombreros para pensar, Bay Back Books, 1999.
De Bono, Edward, Pensamiento Lateral . Capitulo 7: Alternativas.
http://www.haciendocine.com.ar/node/41012
http://www.eltribuno.info/relatos-salvajes-seis-historias-que-transitan-la-cordura-la-total-locura-n433090
Adrian Berra, “un beso en la nariz” (canción)

Implementación de la planificación estratégica en la gestión cultural





 Implementación de la planificación estratégica en la gestión cultural
Carzolio M. Belén, Licenciada  en Artes Plásticas (UNLP), estudiante de Gestión Cultural (ISFDyT#8)
Miloslavsky Camila, Fotógrafa, estudiante de Gestión Cultural (ISFDyT#8)



Resumen

El presente trabajo surge a partir de las prácticas pre profesionales de la carrera en Gestión Cultural realizadas en el El Hormiguero, espacio cultural de la ciudad de La Plata.
Tras haber concurrido frecuentemente al lugar, se realiza un estudio cualitativo,  mediante entrevistas formales, charlas informales y observación estructurada, se recabó un conjunto de datos e información acerca de la gestión de este centro cultural.
Destacamos, a fin de poner en debate y abrir posibles discusiones, la cuestión relacionada a la falta de planificación estratégica dentro de la organización, retomando siempre la voz de  sus creadoras y gestoras.  Nos propusimos reflexionar acerca de la importancia de formalizar las prácticas de planificación estratégica a fin de desarrollar objetivos claros, que se puedan llevar a cabo de acuerdo a los recursos y medios con los que se cuenta. El objetivo final es repensar las herramientas que utiliza y qué características tiene  la organización de un espacio cultural  autogestivo.
Si en el mundo empresarial la planificación estratégica es una herramienta clave a la hora de gestionar, ¿por qué suele ser menospreciada cuando nos referimos al uso de la misma en la gestión de la cultura?. A partir de este interrogante, nos propusimos reflexionar acerca de la importancia de formalizar las prácticas de planificación estratégica a fin de desarrollar objetivos claros, que se puedan llevar a cabo de manera eficaz.





Introducción

En el mundo empresarial es innegable la importancia que le dan los economistas a la planificación de las organizaciones.  Tal como lo define el economista chileno Carlos Matus “Planificar significa pensar antes de actuar, pensar con método, de manera sistemática; explicar posibilidades y analizar sus ventajas y desventajas, proponerse objetivos, proyectarse hacia el futuro”.
Según el sociólogo argentino Ezequiel  Ander-Egg. la planificación nos permite introducir racionalidad en la acción para alcanzar metas aún cuando los recursos son escasos (Ander-Egg, 1993:28).
Vemos aquí la planificación como una herramienta que podríamos considerar indispensable, sin embargo Pablo Navajo, autor del libro "Planificación estratégica en entidades no lucrativas",
propone considerar a  la planificación como un sistema que permite anticiparse a las crisis y determinar los instrumentos para hacerles frente, que requiere cierta información y que se debe adaptar a cada proyecto, pero que no resuelve todo.
Ahora bien. en el campo de la cultura la planificación parece no tener ese mismo rol esencial a la hora de gestionar. En la Argentina, se han realizado distintos encuentros de Gestores Culturales independientes, con el fin de analizar esta y otras problemáticas en el ámbito de la cultura. Un ejemplo es el Encuentro de Gestiones Autónomas de Artes Visuales Contemporáneas realizado en la ciudad de Córdoba en el año 2011, en el que  se llevaron a cabo debates de la realidad de las gestiones a nivel provincial, nacional e internacional, dentro de este marco el gestor cultural Javier El Vázquez, director de SiTA (Sitios Tangentes) de la ciudad de San Miguel de Tucumán, expresa en torno a la planificación “...es importante tener en cuenta que uno no puede atarse a una visión porque los tiempos están en permanente cambio y la coyuntura está en permanente cambio; pero el tenerla te posiciona hacia un estado futuro de deseo muy concreto”(EGA;2011)
 Teniendo en cuenta la particularidad variable de los espacios culturales dados por su entorno y sus actividades dinámicas,  la planificación estratégica responde a la necesidad de afrontar objetivos complejos en entornos cambiantes.
Albert de Gregorio considera la planificación estratégica como la toma de decisiones sobre cómo la organización se relaciona con su entorno y garantiza su supervivencia, viabilidad y crecimiento. “Así en la planificación clásica, los objetivos son claros, internos y cuantitativos. En la planificación estratégica los objetivos son plurales y complejos porque responden a necesidades heterogéneas, incluso conflictivas, y porque deben adaptarse a un entorno cambiante. Los objetivos de la  planificación deben ser negociados y la naturaleza de su evaluación acostumbra a ser cualitativa”.
 En la actualidad es notable la emergente cantidad de centros culturales en la ciudad de La Plata. En su mayoría estos espacios son autogestionados, es decir que son autosustentables y no reciben subsidios del estado ni de empresas privadas, lo que implica que muchas veces quienes llevan a cabo el proyecto realizan más de una función o rol en el mismo. Por otra parte,  la falta de  profesionalización en el área de la  gestión cultural y el sobrecargo de roles generalmente trae implícita la práctica de  comunicaciones orales e informales sin registro escrito.
Nos proponemos entonces a partir del caso concreto del Hormiguero, espacio cultural, de la ciudad de La Plata , investigar cómo es gestionado y  poder reflexionar acerca de la  importancia de  implementar estrategias de  planificación en las organizaciones culturales.


Metodología

El planteo de la implementación de la planificación surge a partir de las prácticas realizadas en El Hormiguero Cultural.  Este trabajo, de índole cualitativo, se llevó a cabo a partir de entrevistas y observación estructurada,  de donde se pudo obtener información concreta que prueba la falta de planificación estratégica, entre otros aspectos. Teniendo en cuenta que la fuente de las entrevistas sólo representa la versión y la opinión subjetiva de las personas que conducen este espacio, se implementó la observación estructurada, guiada por el plan de acción de prácticas con el fin de obtener registros audiovisuales, y por último se empleó el uso de archivo (información de blog, archivo de fotos, invitaciones a exposiciones o muestras de fin de año de los alumnos). Se logró conocer la institución desde nuestra experiencia y en simultáneo desde el relato de sus actores.
El Hormiguero, nuestro objeto de estudio, es un espacio cultural conducido y gestionado por Josefina López Muro y Micaela Trucco, quienes fueron las dos personas entrevistadas, ya que representan íntegramente la identidad del lugar. Para abordar la metodología, al trabajo de campo se le asignó un dia semanal rotativo, de manera de poder acercarnos al espacio en diferentes oportunidades para conocer todas las propuestas, los diferentes talleres y profesores, y poder comprender su dinámica total.




Análisis

Definir los objetivos, a corto y largo plazo, tener reuniones frecuentes con charlas formales, registrando temario y proyectos, por ejemplo, son cuestiones que no están presentes dentro de la gestión de El Hormiguero, espacio cultural.
En palabras de Josefina y Micaela: “Hacemos balances en cuanto a las cuentas, pero en lo que es planificación no(…) no lo hacemos de forma ordenada( ..)  Hay dos momentos, a principio de año, siempre tenemos más tiempo para planificar un poco, tenemos en cuenta el año anterior(…) Si no se va viendo, evento a evento, clase a clase, no se puede planificar a largo plazo, se va viendo… lo hablamos y lo hacemos de común acuerdo”
Planificar estratégicamente, implica diagnosticar, analizar, reflexionar y tomar de decisiones colectivas, para definir el plan de acción. La misión del espacio se mantiene, quizá es lo que se vuelve a repasar en cada balance, pero la metodología implica, a veces, un cambio de visión, como ya explicaba Javier El Vázquez. Albert de Gregorio Prieto explica que “la planificación intenta adaptarse a la evolución del entorno. Una característica importante de los planes estratégicos de cultura es que no son documentos estáticos e inamovibles, sino que cambian a medida que las necesidades culturales cambian. Así, la planificación estratégica de cultura es una actitud”.
Sin embargo, los autores no acuerdan en que  la planificación no deba realizarse de manera formal y exhaustiva pese a su condición variable en el tiempo. Y que de hecho, hacerla  por escrito sirve como disparador de futuros balances, ordena la información y crea un documento de consulta y referencia.  Tener este tipo de registros es clave para futuras planificaciones. 

Otras veces, la falta de planificación dificulta la resolución de problemas y genera nuevos conflictos, perdiendo oportunidades importantes para el desarrollo de las actividades del espacio:
"Tenemos un blog, que esta totalmente desactualizado, porque somos dos, si tuviéramos un encargado de la comunicación estaría actualizado, pero como ninguna de las dos es "la encargada" de eso nada más.. pero bueno... a veces se nos pasa la fecha para mandar a la radio, o como hacer las imágenes... es que básicamente no somos una empresa somos artista [...], no por eso no creemos en lo que hacemos, ni vamos a hacer todo a medias, lo hacemos lo mejor que podemos, no por eso tenés que arreglarte con cualquier cosa y tener la cosas atadas con alambre" (Josefina)
Pablo Navajo afirma que una gestión adecuada, facilita que las organizaciones sean capaces de lograr los recursos oportunos ante cualquier imprevisto, evitando que las acciones que se realicen sean dictadas por la presión de las circunstancias o del tiempo y resulten precipitadas.
Ser una organización dedicada al arte y la cultura, no significa por lo tanto, ser una organización sin objetivos claros, sin estrategias de comunicación interna y externa, que sepa administrar sus recursos eficazmente aún cuando éstos sean escasos.

 
Conclusión  / Discusión
Como se propuso al principio de la ponencia, los objetivos perseguidos son los de analizar las prácticas  de El Hormiguero, espacio cultural, para poder reflexionar a partir de esta experiencia sobre la importancia de construir estrategias de planificación adecuadas para llevar adelante la gestión de centros culturales autogestionados.
               El fin del presente trabajo intenta aportar elementos teóricos para el ordenamiento de las acciones de los centros culturales, con el propósito de garantizar resultados óptimos en caso de implementar en su gestión la planificación estratégica.
Retomando el relato de las gestoras del espacio cultural El hormiguero, supimos que no dan lugar a una planificación rigurosa por escrito en su organización, sin embargo planifican de manera informal, como una tarea cotidiana que la realiza cualquier persona para sus quehaceres diarios. Pero, ¿por que es necesario planificar estratégicamente en los espacios culturales? Ander-egg responde “ la planificación suministra un marco que, como referencia direccional, proporciona un horizonte que orienta y predetermina un conjunto de acciones y criterios operacionales que: suponen un conocimiento de la realidad sobre la que se va a actuar, expresada en un diagnóstico; procura incidir en el curso de ciertos acontecimientos con el fin de que se cambie una “situación inicial” por otra llamada “situación objetivo” (a la que se quiere llegar). Sienta las bases para una toma racional de decisiones (resolución de preferencias alternativas) que se traducen en una serie de actividades que procuran alcanzar determinadas metas y objetivos”.
El hormiguero, como tantos otros espacios, funciona de manera autogestionada a cargo de,tan solo, dos personas, y dividir las tareas sin una planificación les resulta ineficaz para cubrir las necesidades de la organización y cumplir sus objetivos. Desde su propio discurso, las gestoras se diferencian de una empresa para justificar sus fallas en la acción. Es aquí donde nos preguntamos, ¿es acaso la comunicación formal dentro de una organización tan importante como la comunicación informal?, ¿es importante que se utilicen herramientas como la planificación estratégica sin discriminar el tipo de institución a la que se aplique? Consideramos que si, que es de carácter fundamental incorporar estas herramientas a la gestión de cualquier tipo de organización. La formalidad no hace de un centro autogestivo una empresa, porque no esta relacionada con la verticalidad o la regla, sino con pautas de ordenamiento de la información y la acción. No se pierde la misión del espacio, sino que se aclara y se orientan los diferentes objetivos de corto o mediano plazo a la visión del momento, ajustados a los recursos y medios con los que se cuente, reconociendo sus debilidades, convirtiéndolas,  con la praxis misma,  en oportunidades y fortalezas.
A modo de reflexión final nos preguntamos ¿ Es posible adecuar a la cultura organizacional de El Hormiguero la implementación de la planificación? ¿Cómo modificaría esto a las prácticas del lugar? ¿ es posible implementar con éxito la teoría sobre la práctica para lograr resultados enriquecedores en la acción?

Bibliografía

EGA, Encuentro de Gestiones Autónomas de Artes Visuales Contemporáneas:: Córdoba 2011. Jorge Sepúlveda T. e Ilze Petroni(editores). Gráfica Integral, 2013.
Introducción a la Gestión estratégica. Albert de Gregorio Prieto. Universitat de Barcelona Virtual, 2003.
Introducción a la Planificación estratégica. Ezequiel Ander-Egg. Editorial Lumen Humanitas, 2007.
Los planes estratégicos de cultura, recursos de desarrollo cultural territorial. Albert de Gregorio, 2012.
Planificación estratégica en entidades no lucrativas. Pablo Navajo. Narcea, S.A. de Ediciones, 2009.
Planificar para gobernar: El Método PES. Entrevista a Carlos Matus.Pablo Huertas B. CiGob, 2006.


La relación Cultura-Estado-Sociedad desde los 90 hasta hoy en Argentina



El presente trabajo fue presentado para la aprobación de la materia Estado y Sociedad, de la Tecnicatura Superior en Gestión Cultural.
 Realizado de manera conjunta con la artista plástica Belén Carzolio


La relación Cultura-Estado-Sociedad desde los 90 hasta hoy en Argentina

Considerando la historia como un proceso dinámico, motorizado por distintas fuerzas (una dominante y otra dominada) que entran en conflicto, en el siguiente trabajo nos proponemos, analizar el proceso socio-cultural que ha atravesado la Argentina desde los años 90 hasta la actualidad. En qué medida las políticas estatales afectaron las estructuras socio-culturales y cómo las mismas lograron abrirse caminos buscando alternativas de resistencia, que terminaron produciendo un vuelco del Estado en favor de las expresiones populares, para poder sostener las instituciones.
            Según palabras de Ana Wortman, durante la década del 90 se pudo observar una pérdida de entidades colectivas fuertes, sobre todo en la política y en el mundo del trabajo. Este fenómeno se vio acompañado de la emergencia de nuevos universos simbólicos y nuevos modos de forjar las trayectorias sociales. Se estableció un imaginario social donde la individualidad y la flexibilidad de adaptarse a nuevos escenarios sin profundizar demasiado, así como el éxito económico se convirtieron  en pilares culturales dominantes.
El neoliberalismo no captó los intereses culturales de los grupos subalternos, ni de los intereses de la cultura de masas. Las políticas implementadas durante el menemismo, como la dolarización y la privatización de empresas estatales, fueron respaldadas por políticas culturales que fomentaban la globalización y el intercambio desigual con otras culturas. Se impone una cultura de consumo abierta a nuevas formas, que intentan fusionarse con la autóctona. Cabe señalar que históricamente, la Argentina, ha sido una tierra cosmopolita, cuya cultura es tan amplia como diversa a lo largo y ancho del territorio. Sin embargo, la característica principal de los 90 fue la adquisición de costumbres y formas de comportamiento de culturas hegemónicas de los países del llamado primer mundo de manera acrítica e irreflexiva, por gran cantidad de la población, en especial las clases medias, a través de la influencia de los medios masivos de comunicación. El auge de la televisión por cable abrió el abanico a grandes cadenas internacionales que presentaron sus programaciones disponibles las 24 hs. del día. La cultura hegemónica se colaba en la vida cotidiana sin esfuerzo, desde el sillón de los hogares argentinos.
Por otro lado, es notable el abandono de escuelas públicas por parte de los gobiernos de los 90, sumado a las privatizaciones, que dejaban varios trabajadores sin empleo. Es así que se puede ver un quiebre en la identidad Argentina por el cambio de su dinámica cultural al recibir tantos golpes. Escuelas deficientes, desempleo y gran consumo de productos extranjeros empiezan a ser los ingredientes de la nueva cultura, que indudablemente el mismo gobierno fomenta con su “no accionar”.
En este nuevo entramado social, se reorganizan las clases sociales, con lo que llamamos “nuevos pobres”, constituidos por una antigua clase media empobrecida y venida a menos; y en contraposición, una nueva clase media, aburguesada, con nuevas formas de consumo, que se erigen como modelo cultural hacia el resto de la sociedad.
El neoliberalismo abre las puertas del país a cualquier tipo de producto extranjero, pero el perfil que se mantiene en las clases altas de la sociedad sigue persiguiendo la tendencia norteamericana sin abandonar la dependencia a las grandes potencias europeas. El valor de la cultura sigue siendo para un vasto grupo social, un concepto relacionado a lo estético ordenado con los valores clásicos (asociados a las antiguas burguesías del s.XIX).
En Argentina, el acceso a los bienes culturales constituye la formación ciudadana, que recíprocamente define a las distintas clases sociales y se define en ellas.
A fines de los 90, algunos sectores sociales comenzaron a identificarse con el imaginario cultural de resistencia y con mayor visibilidad a partir de la crisis financiera del  2001, que puso de relieve el fracaso de las políticas de convertibilidad. Para contrarrestar la fuga de capitales, el ministro de economía Domingo Felipe Cavallo introdujo restricciones a la extracción de depósitos cambiarios. El llamado “Corralito” produjo indignación en las clases medias que perdieron sus ahorros y tuvieron que empezar de nuevo, generando también una gran crisis política e institucional. La reacción popular fue masiva, y el 19 y 20 de diciembre de ese año, la gente salió a las calles en protestas multitudinarias, entre saqueos y cacerolazos, se decretó el estado de sitio y el presidente Fernando De la Rúa renunció a su cargo.
En este contexto, comienzan a surgir pequeños movimientos sociales que poco a poco adquieren mayor visibilidad, cooperativas de trabajo, asociaciones civiles, y agentes de cultura comunitaria, que se constituyen como nuevos espacios de participación social autogestionada. Éstos promueven diferentes estrategias que refuerzan el vínculo social y buscan revalorizar el capital cultural acumulado.
La sociedad organizada empieza a ocupar el espacio público, a través de nuevas y novedosas prácticas culturales. Wortman, define a la forma de organización de estos nuevos centros como empresas sociales, ya que se trata de organizaciones horizontales, sin jerarquías, que muchas veces funcionan como cooperativas de trabajo.
Podemos observar que si el paradigma de los 90 era el individualismo y la acumulación de capital, en los años posteriores a la crisis este da un giro hacia la cooperación para salir adelante, la solidaridad y el trabajo en equipo. Es decir que,  muchas veces, ante los problemas  económicos que enfrenta una nación,  los capitales culturales se resignifican y abren nuevas soluciones para enfrentar la crisis.Es notable como la cultura argentina siempre estuvo permeada por la politica, a la vez que la politica siempre penetra en la cultura determinando sus formas.
También surge, a través de la experiencia colectiva, el intercambio cultural. Las agrupaciones barriales, invitan a la participación de diferentes sectores sociales, y se encuentran también con el arribo a los centros urbanos de personas del interior del país y de países limítrofes a la búsqueda de una mejor calidad de vida en la ciudad.
Estos nuevos fenómenos, se podrían corresponder con el concepto de fuerzas instituyentes de Pierre Bourdieu, ya que intentan romper con estructuras de la tradición dominante. Los acontecimientos socio-históricos hacen que los habitus de la clase media entren en crisis, ya que los actos y pensamientos que antes los identificaban comienzan a desmoronarse. Es así que estas nuevas fuerzas entrarán en conflicto con las institucionalizadas, que pretenden preservar el campo de poder.
Cora Escolar, define al poder legítimo como el que le corresponde a una forma de organización económico-social dominante, que establece la organización de la realidad social, y es en sí misma una organización de relaciones de poder, ya que distribuye la organización jerárquicamente. Este grupo dominante - en este caso el grupo dirigente del Neoliberalismo y las clases altas - comprende lo instituido, ya que la institución permite la identificación de sus miembros con ciertos objetivos o metas - en este caso el interés económico por sobre el interés social -, y este mecanismo oculta en sí mismo una distribución desigual del poder.
Para que una fuerza o poder sea institución, debe ser legitimada por el resto de la sociedad. Se trata de un reconocimiento que se establece entre las dos partes que no tiene que ver con estar de acuerdo, la institución no es un ente aparte, tiene relación con lo social, de hecho lo social lo define, lo constituye.
En esta instancia representa lo instituyente la creciente organización social, la resignificación de la cultura y el resultado híbrido de los múltiples productos y consumos culturales que mezclan lo nacional y lo extranjero.
Lo instituyente surge a partir de lo instituido, ya que donde hay poder (desigual) hay resistencia. En este momento histórico de la sociedad argentina, la fuerza instituyente es aquella que alcanza un poder organizativo que le permite modificar lo instituido, a través de varios procesos sociales, aunque sin estar instituida.
   La cultura esta en constante movimiento, se redefine en relación a los aspectos políticos, económicos y sociales de cada época. A partir de los 90 y hasta comienzos del 2000, las clases medias bajas y las clases bajas van a generar una nueva tendencia que tiene que ver con la creación de una identidad propia, colectivos de artistas y/o trabajadores en busca de un objetivo común, en contraposición a lo instituido y sus bases de desempleo y desintegración social. Sin embargo, la clase media alta emergente encuentra su máxima expresión de cultura en viajes al exterior y un estilo de vida de opulencia guiado por tendencias norteamericanas (por ejemplo viajes a disney, o compra de productos extranjeros - gracias a la devaluación de la moneda, y la política del “uno a uno”).
Respecto al Estado, representado en la forma institucional de los gobiernos de turno, identificados con el Neoliberalismo, notablemente se puede ver una tendencia economicista en favor del intercambio y el enriquecimiento de la clase dominante a costa del vaciamiento  de las instituciones nacionales (empresas, escuelas, y hasta la identidad y cultura misma).
En los años recientes, podemos ver que estos espacios culturales nacidos desde el interior de la sociedad han logrado mantenerse y posicionarse como pilares de la escena cultural argentina. Son el ejemplo de una cultura popular viva, que respira, que avanza, que se resignifica, en contraste con muchas instituciones culturales estatales que parecen depósitos de obras de arte muertas.
Muchas veces notamos que, el Estado, viendo la gran repercusión que tienen estos nuevos centros culturales autogestionados, intenta involucrarse en los mismos a través de subsidios o ayudas económicas.  Si bien es importante que las instituciones públicas apoyen y fomenten las actividades culturales, nos cuestionamos si al intervenir en proyectos que nacieron como propuestas independientes desde el seno de la comunidad, no están en realidad intentando institucionalizar un fenómeno que surge originalmente como una alternativa a lo instituido.
Considerando evidente la imposibilidad de gobernar en nombre de una sola clase, el Estado tiene la necesidad de incorporar intereses de clases subalternas, como también intereses interclasistas, nacionales e internacionales.
Las clases subalternas, en este caso referidas a los espacios autogestivos de la cultura, ejercen formas de lucha que han penetrado los aparatos estatales.
Desde Gramsci, podemos hacer una lectura del consenso, en relación a que determinado grupo social logra articular bajo su dirección a otros grupos sociales mediante la construcción de la voluntad colectiva, en la cual se traducen sus intereses corporativos (un poco sacrificados) en intereses universales. Dentro del terreno de las representaciones simbólicas, es donde actúa la ideología, pero el símbolo esta presente en cualquier espacio social (comunicaciones, vestimenta, usos y costumbres, etc).
El poder hegemónico se logra cuando los intereses de los grupos subalternos pueden ser naturalizados, evitando el desarrollo de sus reivindicaciones específicas (transformismo) o bien, ser articulados, promoviendo su total expansión hasta la solución final de las contradicciones que expresan.
En una sociedad de clases, la acción hegemónica está limitada por los intereses históricos de las clases dominantes. En el caso particular de la historia argentina, podemos dilucidar, que los intereses de las clases dominantes siempre estuvieron lejos de ser la representación de la mayoría popular, aunque se crea lo contrario a grandes rasgos. Proponer, por ejemplo,  una fecha patria para la realización de un acto de masiva convocatoria en una plaza o en una calle particular, no está respondiendo a la necesidad del pueblo de venerar esa fecha con datos históricos y orgullo, sino que responde a la misma campaña política de (auto)legitimar sus decisiones y convocar gente (dejando de lado el día festivo), con el fin de que haya un mensaje de unidad popular. Un artista de renombre, en un escenario inmenso cortando una calle, no une a la masa, solo la junta. En el cotidiano social la fragmentación sigue existiendo así como seguirá existiendo la lucha por la hegemonía.
Esta lucha se manifiesta -en el interior de las instituciones- como la lucha de lo instituyente (la negatividad) frente a lo instituido. En lo instituyente se inscriben todas las luchas de aquellos grupos que pugnan por ganar espacios en el terreno político, y que para ello, adoptan formas organizacionales visibles hasta convertirse en fuerzas sociales, es su enfrentamiento a lo instituido, al orden social imperante.
En estos actos políticos que nombramos, se enarbola una representación de la cultura que intenta igualar la identificación popular en general con un artista nacional muy conocido. El gasto que se realiza en cuanto a lo financiero es bastante alto y de la fecha en si no se rescata la esencia. Si el interés de los grupos hegemónicos fuera el de representar la cultura popular, se deberían tener en cuenta entonces todos los centros y proyectos culturales de cada sector de la sociedad, que cotidianamente construye el imaginario social, representa la cultura de los barrios o pueblos y son gestantes de artistas y cultura (símbolos, identificaciones, trabajo, hábitos).

Cuando establecemos el recorrido de los 90 hasta la actualidad, vemos una institución (Estado) que regía sus normas a través de políticas económicas sin reparar en otros aspectos importantes para el país, por lo que las clases más bajas no encontraron identificación ni amparo y se constituyeron como las fuerzas instituyentes en busca de poder  suplir las carencias estatales.
                En la actualidad, nos encontramos con las mismas fuerzas instituyentes, que son los grupos subalternos o minorías, creadoras de su propia identidad y simbolismos, gestantes de cultura, que cuentan con la experiencia de otros proyectos similares que se vienen dando desde los 90 hasta el día de hoy. Puede verse el crecimiento y la estabilidad de la fuerza instituyente, ya que sigue existiendo la misma demanda cultural, que el Estado no suple, y ante esta necesidad y con la posibilidad de realizarlo, los diferentes grupos crean sus propios medios para alcanzar las metas deseadas. Esta fuerza instituyente es la creadora de espacios para que circule la nueva cultura, y su crecimiento se debe a la postura al respecto de la fuerza de lo instituido.
Lo instituido creó conceptos de cultura popular, asociados a determinados cánones, a determinadas formas que hacen creer que algo masivo es popular en cuanto pueda verse representado, por ejemplo como sosteníamos antes, en un acto en una plaza. Pero lo instituyente es popular, es masivo, y su crecimiento depende de su condición por fuera de la institución,  del circuito “oficial”. No surge como contraposición, sino que crea en base a sus necesidades, que,  hasta la actualidad, fueron tantas que la fuerza instituyente las captó y se consolidó muy firmemente. En cuanto a lo cualitativo y hasta en aspectos cuantitativos la fuerza instituyente iguala o supera a la fuerza de lo instituido en lo que respecta a la cultura.
Los 90 fueron el inicio de este proceso de construcción cultural en los barrios, en las villas, en los centros culturales autogestivos, en los colectivos de artistas, en las ferias de artesanos, y en las múltiples formas de hacer y crear cultura que tiene un pueblo.
Respecto a la función del aparato estatal, como conclusión, creemos que siempre que incida en la cultura será con un fin político determinado por los intereses de las clases dominantes, que la verdadera identidad de la cultura se expresa fielmente en las representaciones cotidianas y en las organizaciones sociales que crean sus propios medios para su fin. No creemos que sea de manera independiente, ya que entendemos a las fuerzas instituidas e instituyentes como conceptos imposibles de disociar, y que se definen mutuamente, pero en relación a la cultura, es la herramienta de la política en lo instituido en tanto es la forma de vida de lo instituyente.



Bibliografía

Campo de poder, campo intelectual. Bourdieu, Pierre, Montressor,Jungla Simbólica, 2002.
Entre la política y la gestión de la cultura y del Arte. Nuevos actores en la argentina contemporánea. Wortman, Ana, Bs. As., Eudeba, 2009.
Topografías de la investigación, métodos, espacios y prácticas profesionales. Escolar, Cora, Bs. As., Endeba. 2000.