lunes, 10 de abril de 2017

Reconceptualizacion del PATRIMONIO CULTURAL





·         Guatemala - El Movimiento Nacional de Tejedoras Mayas ha presentado al Congreso un proyecto de ley que busca reconocer la propiedad intelectual colectiva de los pueblos indígenas.
Las Tejedoras quieren normas que protejan sus creaciones textiles, fruto de su labor y de siglos de filosofía maya.
Más allá de las reformas jurídicas, el concepto de propiedad intelectual colectiva defiende la autonomía indígena. Las Tejedoras denuncian el robo del arte textil Maya como una forma más de despojo. Y consideran que deben proteger sus saberes textiles al igual que sus territorios.
Sandra Xinico, tejedora de Patzún, Chimaltenango, explicó a 
Prensa Libre que “no se trata únicamente de un pedazo de tela que se elabora a mano, porque nuestros tejidos se hacen con base en la cosmovisión, ideología e historia de los pueblos”.





·         Argentina - La justicia de la provincia de Córdoba emitió un falló histórico a favor de las comunidades indígenas que presentaron a principios de marzo un recurso de amparo para que se declare nulo el proyecto de Ley de Bosques que plantea el gobierno de Juan Schiaretti, por considerar que incumple con el convenio 169 de la O.I.T. (Organización Internacional del Trabajo) que les reconoce a los pueblos originarios el derecho de tener un “consentimiento previo, libre e informado” de cualquier ley o regulación que modifique su estilo de vida.
Con este fallo el proyecto que el gobierno cordobés pretendía modificar la Ley de Bosques debería quedar nulo y se debería llamar a una nueva convocatoria para su debate, y que en este estén notificados e incluidos los pueblos originarios que viven en la provincia. El fallo aún va por más ya que ordena al gobierno cordobés a que cumpla con la Ley Nacional N° 26.331 de Protección Ambiental de los Bosques Nativos.


·         México -  van a celebrar el Primer Torneo Internacional de Juego de Pelota Mesoamericano, deporte que viene de una costumbre ritual de más de 3 mil años.
Las grandes civilizaciones mesomaericanas  tenían en común el mítico Juego de la Pelota:  en maya Pok Ta Pok.
Se cree que las figuras  recreadas en el juego forman un quincunce (nahui ollin, para los mexicas),  símbolo que prevaleció por milenios en mesoamérica y que hace alusión a los 4 rumbos del universo. Al centro se representa el sol, y se cree que el juego es una especie de ritual para hacer que el sol renazca, cada día, para la supervivencia de los hombres (también está ligado al Quinto Sol, la era que ahora vivimos para los mexicas).
Hasta hoy, en todo el territorio mexicano se han hallado hasta 1,500 canchas.
Luego de más de 3000 años de su nacimiento (su creación  se ubica al rededor del 1 400 A.C), este 14 y 15 de abril se celebrará no solo la recreación de este mítico juego, también un torneo internacional, primero en su tipo, en el que participarán 20 guerreros de distintos estados

También en México hace unos meses fue entregado el “Documento orientador hacia una Ley General de Derechos Culturales de México”
En sus elementos para una exposición de motivos, se señala la diversidad cultural y lingüística de nuestro país, su biodiversidad y la obra de sus artistas; además de saberes, tradiciones y conocimiento indígenas, la riqueza de su patrimonio cultural y la infraestructura cultural con que cuenta México.
            Ello sirve como base para plantear que el reconocimiento de la diversidad cultural requiere de “políticas de protección, promoción y sostenimiento como condición para la convivencia, el combate a la pobreza, la seguridad ciudadana, la paz y el diálogo intercultural local, nacional, regional e internacional, con pleno respeto de los derechos humanos”.

Este compilado de noticias nos dan el parámetro de lo que puede ser un incipiente cambio en la concepción del patrimonio cultural. En todos los casos las comunidades se afianzan en sus raíces, mantienen vivas sus tradiciones, sus valores, usos y costumbres, y proponen desde allí nuevas estrategias para mantener con vida su cultura.
En ejemplo de gestión cultural “desde abajo hacia arriba”, desde el pueblo hacia el pueblo y sus gobernantes. Porque siempre a la cultura la hace el pueblo y el Estado debe aportar la estructura siendo garante de darle un marco legal, de promocionarla y comunicarla.
El patrimonio entonces comienza a ser concebido más allá de la concepción de legado arqueológico, sino que es referente de una cultura viva. Se establece así un vínculo permanente, en constante diálogo con las generaciones, con ampliación conceptual devenida en el tiempo. Una relación real entre el pasado y el presente, contemplando el porvenir.
El patrimonio que va desde los tejidos, los juegos, las tradiciones, los mitos y costumbres hasta el territorio que habitamos, no forma parte ya de lo que debemos conservar como un museo, en una vitrina, una ruina o un relato, sino que se defiende en lo cotidiano, manifestandose en diferentes formas la legitimidad de la historia, siendo fieles a nuestras identidades. Se protege, si, de la hibridación, del capitalismo (mercantilista, avasallador, destructor de lo natural), para que la historia siga vigente, contándose por ella misma, en el relato permanente, ininterrumpido, de la cultura de los pueblos.

Estos avances en la concepción del patrimonio nos obligan a trabajar sobre la vida en lo cotidiano, sin esperar a que la cultura muera para escribirla en un libro heroico, admirarla en una pieza artesanal ancestral intocable. Es un guiño a la reactivación, a la revitalización de las culturas fundacionales de toda la región Latinoamericana. Desprendiéndonos del eurocentrismo que tanto nos ha signado.

Replantear también el reconocimiento de la diversidad cultural, que requiere de políticas de protección, de promoción y de sostenimiento como condición para la convivencia y sobretodo el diálogo intercultural local, nacional, regional e internacional, con pleno respeto de los derechos humanos.

Pareciera que es tiempo de refundar conceptos y de revivir las culturas nativas, la sabiduría y las cosmovisiones de nuestra tierra merecen el respeto que por tanto tiempo se les negó. La democratización del saber, el derecho a la identidad y el respeto por la diversidad son la verdadera conquista. En México ya se habla de
“un modelo de política cultural para el siglo XXI” como llave para el desarrollo sostenible integral de las comunidades, en relación con la biodiversidad y la cohesión social fomentando la creatividad y la libertad cultural. Entendiendo la transversalidad de la cultura, implicando el desarrollo económico, tecnológico, social, educativo, científico y medioambiental.

Todas estas noticias,  nos dan la certeza de que los pueblos reconocen a sus antepasados culturales, los respetan y todavía los quieren mantener vigentes, vivos en su cotidianeidad.