viernes, 9 de septiembre de 2016

Conservación y Revitalización de Patrimonios Urbanos

El presente trabajo de investigación tiene como objetivo la lectura, interpretación e investigación sobre la Carta Internacional para la conservación de ciudades históricas y áreas urbanas históricas, (WASHINGTON 1987)



La carta de Washington refiere a los núcleos urbanos de carácter histórico, grandes o pequeños, comprende todo tipo de poblaciones (ciudades, villas, pueblos, etc.) y, más concretamente, los cascos, centros, barrios, barriadas, arrabales, u otras zonas que posean dicho carácter, con su entorno natural o hecho por el hombre.
 Más allá de su utilidad como documentos históricos, los referidos núcleos son expresión de los valores de las civilizaciones urbanas tradicionales. Actualmente se hallan amenazados por la degradación, el deterioro y, a veces, por la destrucción provocada por una forma de desarrollo urbano surgida de la era industrial que afecta a todas las sociedades.

El objetivo del documento  es definir los principios, objetivos, métodos e instrumentos de actuación apropiados para conservar la calidad de las poblaciones y áreas urbanas históricas y favorecer la armonía entre la vida individual y colectiva en las mismas, perpetuando el conjunto de los bienes que, por modestos que sean, constituyen la memoria de la humanidad.

Sus objetivos se basan en la conservación de los espacios urbanos históricos en relación a una eficacia dada por la integración coherente al desarrollo socio-económico actual del contexto, y también al planeamiento territorial y urbanístico.
Lo que se intenta conservar está ligado a los valores de carácter histórico de la población o del área urbana incluyendo elementos materiales y espirituales que determinan su imagen.
Para lograr el objetivo se propone la participación y el compromiso de los habitantes como factor determinante, ya que a ellos concierne la conservación. Las intervenciones en las poblaciones y áreas urbanas históricas deben realizarse con prudencia, método y rigor, evitando dogmatismos y atendiendo a la particularidad de cada caso.
El plan de conservación debe comprender un análisis de datos, particularmente arqueológicos, históricos, arquitectónicos, técnicos, sociológicos y económicos, realizados por estudios multidisciplinares, para poder definir la principal orientación y modalidad de las acciones que han de llevarse a cabo en el plano jurídico, administrativo y financiero. Su intención final es lograr una relación armónica entre el área urbana histórica y el conjunto de la población.
Y como ya se dijo que la población es un factor determinante, el plan para ser aplicado debe contar con la adhesión de los habitantes.
Esta carta tiene como antecedentes y complementos, la carta de Venecia de 1964 y la de Nairobi en 1976.
La primera es la Carta Internacional sobre la
Conservación y la Restauración de Monumentos y de Conjuntos Histórico-Artísticos, que tiene como fin conservar y revelar los valores estéticos e históricos del monumento y se fundamenta en el respeto a la esencia antigua y a los documentos auténticos.
Mientras que la segunda es la
Recomendación relativa a la Salvaguardia de los Conjuntos Históricos o Tradicionales y su Función en la Vida Contemporánea, que considera que los conjuntos históricos forman parte del medio cotidiano de los seres humanos en todos los países, que constituyen la presencia viva del pasado que los ha plasmado y que garantizan al marco de vida la variedad necesaria para responder a la diversidad de la sociedad y que, por ello mismo, adquieren una dimensión y un valor humano suplementarios, y por ende propone la activa de protección y reanimación de los conjuntos históricos y de su medio, en el marco de la planificación nacional, regional o local.
A partir de la bibliografía consultada y de la asistencia a las VII Jornadas Internacionales de Experiencias de Revitalización de Cascos Históricos (septiembre de 2015) y las III Jornadas Latinoamericanas de Patrimonio y Desarrollo (abril 2016) planteo la siguiente reflexión acerca de la importancia de la revitalización de los espacios históricos que se ubican dentro de las urbanizaciones actuales.

Como principal disparador ante las temáticas de conservación y restauración de ciudades y áreas históricas, es a qué espacios podemos definir bajo estos conceptos, cual es el patrimonio que se debe conservar.
En primer instancia para ello hay que entender a la ciudad y a las construcciones urbanas como artefactos culturales construidos por las personas que la habitan. Son el escenario de la innovación en lo establecido. Son el espacio de vitalidad, de inversión social y económica. Y dentro de ellas, los Cascos Históricos conforman el área donde se condensa su memoria.
Las ciudades son dinámicas, a lo largo de la historia crecen y cambian su economía según el contexto y por ello cabe el análisis de la conservación de determinados usos, costumbres, edificios, monumentos, etc.

El espacio urbano es un proceso, evoluciona con acciones constructivas y destructivas, que generan valor físico (territorial) y valor socio-cultural, con sus propios significantes. Todo lo que sucede en un tiempo y un espacio determinado converge en este proceso.

Los espacios urbanos históricos son espacios con alto significado institucional, patrimonial, arquitectónico, social, arqueológico y claramente histórico. Constituyen una unidad cultural y urbanística que ante el desarrollo continuo permanecen con cierto carácter singular dentro de las ciudades.
Al estar inmersos en la vorágine diaria de las ciudades modernas el deterioro trasciende los factores habituales, excediendo la contaminación, flujo de peatones, abultada cantidad de tránsito vehicular, modificaciones edilicias cercanas, cambios climáticos, el impacto de las múltiples actividades que se desarrollan en su proximidad, por lo que se ve amenazada su sustentabilidad, debiendo depender de políticas y planes de Conservación y Revitalización.

Actualmente este patrimonio esta atacado por la multiculturalidad y la pluriculturalidad, entre nuevos valores entramados en un campo de poder, al punto que el valor puede ser discutible pero el significado no.
Al ser el patrimonio urbano el desarrollo propio de una comunidad, manifiesta una memoria colectiva, constituye una historia fundamental para proyectar las metas del futuro.

Resulta fundamental para abordar la cuestión la concepción de nuevos enfoques de gestión, de replantearse el patrimonio y establecer una relación dinámica y activa con la historia que nos rodea.
El Director General del Casco Histórico de Buenos Aires, invita a pensar el patrimonio como una anomalía del capitalismo, ya que es una pieza/Espacio que no se actualizó en relación a la modernidad, y su carácter principal debe radicar en saber qué y para qué está ese patrimonio ahí, sin dejar de tener en cuenta la ampliación de derechos ciudadanos y el mantenimiento de la historia, de la identidad de los pueblos.
Teniendo en cuenta que el patrimonio arquitectónico y monumental de los espacios urbanos está constantemente habitado y transitado, es necesario volver sobre el cuestionamiento de “qué y para qué”.
El entorno urbano es percibido y valorado por las personas que lo habitan y usan, tiene un valor morfológico, antropológico, cultural, territorial, que supera la mirada meramente arquitectónica. Es decir que debemos abarcar el tema de una manera compleja, interdisciplinaria, y sobre todo estratégica.
Como dice en sus objetivos metodológicos la Carta de Washington (y sus antecedentes) es fundamental el rol que toman los actores que intervienen en el contexto inmediato de las zonas a conservar. Es la comunidad actual la que debe interpelarse ante el patrimonio, pero claro, primeramente debe reconocerlo como tal.
Es necesario que se conserve la arquitectura pero más importante aún es que se conserve el valor simbólico que genera el sentido de pertenencia, la identificación y legitimación del patrimonio en cuestión, porque solo así podrá mantenerse, mediante el compromiso y el respeto ciudadano que encuentran en él un arquetipo de su propia historia.
Por lo que podemos deducir que la cuestión de la conservación está estrechamente ligada a la educación. Inculcar valores identitarios de reconocimiento ante determinados símbolos (Edificios, barrios, ciudades) es prácticamente un legado socio-cultural que debe trabajarse desde la propia comunidad.
Aprender la historia de nuestro espacio implica también vivirla, habitar esos espacios, reconceptualizarlos, vincularse con lo histórico implica desnaturalizarlo, conocerlo y así entonces poder conservarlo desde la conciencia del relato que trasciende y atraviesa la vida de cada comunidad.
Es fundamental que el ciudadano se sienta identificado para sentirse comprometido y de esa manera convertirse en un actor activo para la conservación, restauración y la revitalización del patrimonio (tanto material como inmaterial) .
Esto debe motivarse, además de la educación, desde políticas gubernamentales, que generen espacios de participación ciudadana y, porque no, que puedan valerse de planes de gestión mixtos que incluyan el aporte económico de sectores privados, ya que el conjunto de arquitectura y monumentos históricos concentrados en un espacio conforman un recurso turístico.

Vivir, revitalizar, habitar un espacio histórico es parte de retomar la identidad, desarrollar cierta sensibilidad y reconocer el dato de historia y simbología. Por lo que tanto el ciudadano local como el turista deben tener un paso consciente, para que no deba convertirse en un espacio-museo, porque es ahí donde empieza a ser un objeto ajeno integrado a un circuito urbano, deben estar siempre incluidos en la concepción de ciudad que se habita cotidianamente.

Cuando en las III Jornadas de Desarrollo y Patrimonio se planteaban los casos de espacios urbanos históricos se lo hacía desde una “nueva” concepción del desarrollo, que implica un accionar sustentable y sostenido.
Las ciudades son el marco de todos estos patrimonios, y deben ser el hilo conductor de la historia de los centros urbanos en la edad contemporánea. Hay que tomarse el tiempo de hacer el ejercicio de redescubrir, retomar y encontrar los valores particulares de cada una.
Y estamos en un momento en que debemos encausar el rumbo de la superpoblación de los micro-centros que contienen cascos históricos. La sostenibilidad se logra con recursos sustentables, con la peatonalización y brindando las herramientas necesarias de seguridad e instrucción. Hay que analizar cuál es el punto medio de urbanización moderna por sobre el casco histórico teniendo en cuenta aristas como la abundante comunicación visual en la vía pública, el cableado, la luminaria, los vendedores ambulantes, la organización vial, la señalética, los colores de pintura de la fachada, para que pueda coexistir la identidad histórica y sus nuevas manifestaciones. Es importante que exista el diálogo entre la tradición y las nuevas formas.

La cuestión que debe vincular a la Gestión Cultural con el sector turístico necesariamente tiene que partir de bases sustentables, con transito moderado, para mantener la integridad pero a la vez pudiendo ser usado, compartido, vivido.
Trabajando sobre ejes de rescate de memoria, planificación urbana (modificación en altura de edificación y protección), educación patrimonial (en escuelas, concientización) y acciones de sensibilización (para el habitante y para el turista), acciones de comunicación para fomentar el conocimiento y la valorización, y la generación de un turismo local acorde para el mismo pueblo. Apoyado  en la legislación patrimonial, con mecanismos de financiamiento estatal y/o privado; y ocupándose desde unidades profesionales interdisciplinarias de trabajo.

Retomar la Carta de Washington es fundamental para el desarrollo urbano y turístico de una comunidad. Debe ser considerada la herramienta principal para guiar los lineamientos de planificación de las políticas culturales y acciones que interpelen a los espacios urbanos, sentando las bases de proyectos sustentables y sostenibles en el tiempo, es decir que no dependa de los gobiernos que ejerzan, y si estando en revisión según los cambios eventuales lo requieran.



domingo, 28 de agosto de 2016

INDUSTRIAS CULTURALES ARGENTINAS


Análisis de las Industrias Culturales nacionales, qué abarcan y en qué situación se encuentran según los últimos datos que facilitó el SinCA, el MICA y distintos profesionales del ámbito.



Siendo muy clara en sus palabras la socióloga Stella Puente define a las Industrias Culturales como aquellas que intervienen en la producción de bienes y servicios culturales, es decir aquellas relativas a editoriales, música y audiovisual, implicando empresas, productores o emprendedores que intervienen en la producción de los mismos.
Las Industrias Creativas en realidad complementan y amplían el concepto de Industria Cultural sumando más actores, desde los 90, incorpora a aquellos sectores que desde la creatividad y el intelecto  aportan en el desarrollo de esta economía. Se suman entonces artes escénicas, conceptos de patrimonio, arquitectura, sectores que antes estaban por fuera del ecosistema tradicional de las Industrias Culturales concebidas como tales desde su origen.
La importancia de este sector se basa en dos características fundamentales,  primero la importancia en el impacto económico y lo social, la contribución en crecimiento en el PBI, el empleo, en lo productivo, pero por sobre todo importa el impacto simbólico que tienen, son industrias que intervienen en el imaginario social desde los productos y servicio culturales que ofrecen.
El campo de las Industrias Culturales está compuesto por grandes conglomerados, grupos transnacionales,  pequeñas empresas, pero cada vez hay más emprendedores y creativos, y esto se debe a lo digital. Aumentan los productores aunque el problema luego sea la distribución, la comercialización y como llegan a la audiencia. Por lo que es fundamental regular el campo para garantizar la sostenibilidad y la diversidad.
Es muy importante garantizar porcentajes de producción local en relación a la circulación de lo global, es decir, que los contenidos sean diversos en esa construcción de la cosmovisión de cada región. Tener políticas en el sector para garantizar lo diverso en el espacio y los accesos.
Las nuevas tecnologías marcan un nuevo paradigma, tanto para el productor como para el consumidor.  Cambia la manera en que se percibe el producto, la manera en que la audiencia se acerca y consume. Y por ende cambia  el negocio, ya que se ven afectadas las  formas de intercambio y claramente de formato.
Otro factor que presenta cambios que afectan a las Industrias Creativas es sin duda es la economía general del país,
En el Informe de coyuntura económica sobre la cultura argentina que realizó el SInCA – Sistema de Información Cultural de la Argentina- sobre el desempeño de las Industrias Creativas publicado en otoño del 2016, se perciben los siguientes datos:


SECTOR AUDIOVISUAL
El sector audiovisual  está integrado por el cine, la animación, la televisión y la publicidad.
Es el sector más fuerte de la industria cultural argentina, representando el 38,5 % del PBI cultural. Los avances tecnológicos lo han obligado a adaptarse constantemente a la hora de registrar, producir, consumir y distribuir su producto.
En nuestro país, el sector audiovisual creció un 164% entre el 2004 y el 2013, principalmente por las políticas de apoyo y fomento a la producción instrumentadas por el INCAA, y por la creación de la Ley de servicios de comunicación audiovisual, lo que posibilitó un incremento de producciones televisivas locales y la creación de nuevas pantallas.
El avance de internet, sumado a las multiplataformas, redes sociales, dispositivos de reproducción, comunicación y consumo, requiere cada vez más contenidos audiovisuales. Esto genera una gran oportunidad (demanda) para las industrias culturales que nuestro país posee y exporta.

El comercio exterior de servicios audiovisuales ascendió a 400 millones de dólares en el 2014, ubicando al país como el 4to exportador mundial. El crecimiento y la calidad de los proyectos son incesantes.
 CINE
El año 2015 marcó un hito en la industria del cine en la Argentina, ya que más de 50 millones de personas asistieron a las salas, por lo que la recaudación subió  superándose los 3.000 millones de pesos (un 53,5% más que en 2014)
La cantidad de films nacionales realizados durante 2015 creció un 5,8% con respecto al año anterior. Aunque la proporción de estrenos locales y extranjeros sigue siendo muy pareja desde los últimos años.
Y a pesar del aumento en la cantidad de films nacionales el porcentaje de recaudación y espectadores se contrajo respecto del total en comparación con 2014.
Así, en 2015 las películas nacionales obtuvieron una recaudación inferior a la de 2013.

TELEVISIÓN
Entre 2009 y 2013 se verificó un fuerte crecimiento en las exportaciones de servicios culturales, principalmente  del sector audiovisuales y, entre éstos, los vinculados a la TV.
En 2014, las exportaciones del sector se ubicaron levemente por debajo de los 300 millones de dólares, y aunque cayeron con respecto a 2013, fueron más del doble que hace diez años. 
En ese mismo año también las ventas de servicios audiovisuales al resto del mundo se contrajeron un 11,1%.

PUBLICIDAD
Según la CAAM (Cámara Argentina de Agencias de Medios), en 2015 la inversión publicitaria superó los 48.000 millones de pesos, lo que significa un crecimiento anual del 17,4% con respecto al año anterior.
El 48% de la inversión del sector se destinó a televisión; el 32%, a medios gráficos y el 20% restante, a otros medios. No obstante, datos de años anteriores permiten conjeturar que la participación del sector Internet en la pauta publicitaria supera el 15% del total.
Los recursos publicitarios asignados a televisión y otros se incrementaron un 43% y los destinados a medios gráficos, un 32% (sin contar internet)

SECTOR EDITORIAL
En Argentina el 85% de población lee habitualmente en diversos formatos: diarios, libros, revistas y pantallas.
 en estos últimos años se profundizó la concentración del sector en manos de un grupo de editoriales de origen trasnacional, cuyas veinte firmas concentran la mitad del mercado local. Además, más del 90% de esta producción se realiza en el área metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires.

De este modo, el sector editorial está compuesto por los grandes grupos editoriales, por un gran número de pequeñas y medianas empresas editoriales con una larga tradición en el mercado a las que se suman nuevas editoriales surgidas en los últimos años.

En cuanto a la distribución, cuenta con una importante red de librerías distribuidas en todo el país, donde también observamos una tendencia a la concentración en dos grandes cadenas de librerías que dificultan el desarrollo de proyectos independientes.

Durante 2015 la cantidad de ejemplares de libros impresos  disminuyó un 35,9% con respecto al año anterior.
Se imprimieron 82 millones de unidades, (en 2014 habían sido 129 millones).
En 2015 la cantidad de títulos editados fue de 28.966, un 3,4% más que en 2014; pero disminuyó en un 38% el promedio de ejemplares por título, que pasó de 4.603 en 2014 a 2.855 en 2015.
El promedio de circulación de diarios pagos mantuvo una tendencia descendente, se contrajo un 3,3%. Si bien los cuatro principales (Clarín, La Nación, La Voz del Interior y La Gaceta) se mantienen en las mismas posiciones y todos ellos registran una baja en el promedio de circulación neta, la brecha entre el más vendido y el segundo, Clarín y La Nación respectivamente, se reduce un poco cada año.
Con respecto a 2014, la cantidad de diarios en circulación se incrementó de 35 a 36 en 2015.
Si bien venía registrándose una muy leve suba en la cantidad de revistas gratuitas en circulación, en 2015, ésta se contrajo con respecto al año anterior, pasando de 30 a 28. En tanto, las revistas pagas también redujeron su cantidad, de 80 en 2014 a 79 en 2015.
Con respecto a 2014, el promedio de circulación de revistas gratuitas se incrementó un 13,4%, mientras que la circulación promedio de revistas pagas se contrajo apenas un 0,1%.


SECTOR MÚSICA
La industria de la música si bien genera un producto intangible implica muchos actores en su producción, el artista es el eje y su desarrollo profesional está ligado a : sellos discográficos (editores y distribuidores), representantes (managers), productores (bookers), técnicos de sonido (vivo o estudio) y múltiples servicios abocados a la música (diseño, comunicación, audiovisual, etc).

Los avances en la tecnología  hicieron posible que los músicos tengan  nuevas  herramienta de circulación y promoción y puedan trabajar desde la autogestión. La aparición de las redes sociales, páginas web y estudios de grabación de acceso más directo, e incluso las plataformas de financiamiento colectivo y los medios de comunicación, entre otras variables, han servido de soporte para el desarrollo, producción, difusión, promoción y comercialización de trabajos musicales.
El desarrollo tecnológico ha quebrado los modelos de negocio establecidos y el monopolio de un mercado que no ha sabido leer e interpretar los cambios de los últimos veinte años en esta industria. Actualmente las obras llegan al público ya no solamente en formato físico, sino también digital, en modalidades pagas o gratuitas.
Como respuesta y frente al complejo escenario de una carrera extremadamente competitiva, muchos artistas han decidido mantener una esencia propia, sin ajustarla a parámetros comerciales estrictos solamente en busca del rédito económico. El éxito, podría decirse, está basado en una búsqueda, individual o colectiva, sobre aquello que se quiere transmitir y, no por ello, dejar de lado la calidad ni las posibles ganancias.

En este rubro, la información que facilita el SinCa se relaciona con la música en vivo, y es notable el crecimiento  que se percibe en los shows de músicos internacionales.
Ante la falta de datos del/desde el sector, el SInCA se guió por lo publicado en internet, respecto de las funciones promocionadas, a partir de lo que se supo que los shows internacionales  del 2015 se incrementó un tercio más que en 2013 (sobre todo por un tipo de cambio atractivo para las productoras).
Y por otro lado los shows de argentinos en el exterior tuvieron mayor éxito, por ejemplo la artista Violetta realizó 145 shows , que la posicionaron en el puesto N°15 de recaudación a nivel internacional (con 76,8 millones de dólares).


ARTES ESCENICAS
En la Argentina este sector muestra un fuerte desarrollo,  actualmente  cuenta con aproximadamente 1100 salas distribuidas en todo el territorio, aunque observamos una marcada concentración en el área metropolitana de Buenos Aires, Mar del Plata, costa atlántica y la provincia de Córdoba.
Las artes escénicas se componen por el teatro en todos sus géneros: la danza, el teatro danza, el teatro de títeres y objetos, la performance, la comedia musical, la ópera y sus géneros. Cada una de estas disciplinas muestra particularidades regionales y locales, conformando un mapa de enorme diversidad.
Este sector enfrentan al desafío de hacerse visibles no solo como un actor protagónico en la construcción simbólica de nuestra cultura, sino como un importante sector económico generador de trabajo directo e indirecto. El arte escénico es complejo, no tiene capacidad de almacenamiento, es necesariamente en vivo y su circulación es distinta a la de los productos musicales, editoriales o audiovisuales. Las obras pasan, son efímeras, las giras tienen un tiempo de duración. En cierto sentido es un arte mucho más ligado a la producción que a la reproducción y esto marca una diferencia respecto a otras industrias culturales, sobre todo en su consumo y divulgación.
En 2015, estos teatros recibieron 4.687.774 espectadores en 13.884 funciones, lo que arroja un promedio de 338 espectadores por función. Si bien la cantidad de espectadores disminuyó en alrededor de 100.000 frente al 2014, las funciones aumentaron en casi 1.000. Esto implica una consolidación en la cantidad de espectadores anuales, ya que desde el año 2010 se posicionaron siempre por sobre los cuatro millones y medio (el pico se produjo en 2011 con 5,1 millones).
La relación entre la concentración de espectadores y la disponibilidad de salas y oferta de espectáculos se verifica  por la gran cantidad de espectadores por función registrada en las localidades del interior del país, circunstancia que da cuenta de una demanda insatisfecha.
Además, los datos permiten apreciar una asociación positiva entre la cantidad de funciones y de espectadores; es decir que toda vez que aumentaron las funciones, lo hizo también la cantidad de asistentes.

(Este análisis está basado en los datos del Complejo Teatral de Buenos Aires (Teatros Colón, General San Martín, Presidente Alvear, Regio, Sarmiento y De la Ribera) y del Teatro Nacional Cervantes, y con los datos de AADET.)



PATRIMONIO Y MUSEOS
El patrimonio de una región es sin duda su identidad, su historia, el retrato más fiel de su trayectoria y permanencia. Mantener el patrimonio, tangible (Como los edificios) y el intangible (Como  las tradiciones y costumbres) es deber del Estado y de los ciudadanos.
Respecto a las Industrias Culturales, ellas son “causa y consecuencia” podría decirse de la propia cultura del lugar, porque se crean a partir de lo que se vive en la comunidad y a la vez siguen resignificando y construyendo significados y significantes. El patrimonio es un documento histórico, vivo, que debe ser habitado en la medida que pueda usarse y protegerse.
Es así como para su mantenimiento pueden formar parte de museos, o mismo forman parte de atractivos turísticos más grandes, conformando circuitos urbanos o naturales.
Durante el 2015 los museos dependientes del Ministerio de Cultura convocaron más de 1.500.000 visitantes. Según datos proporcionados por el Ministerio de Cultura, en 2015 se otorgaron 466 licencias de exportación de obras de arte para exposición, con lo que se llegó a un máximo de la serie. Cada licencia responde a una solicitud y puede otorgarse para exportar varias obras de arte; en este caso, las 466 licencias permitieron que alrededor de 4.000 obras de arte emigraran temporalmente para participar de muestras o exposiciones, lo que representó un aumento del 30% respecto al año anterior.
En cambio, la cantidad y los montos registrados por obras de arte vendidas al exterior experimentaron un descenso en 2015. De 350 licencias de venta expedidas en 2014, se pasó a 253 en 2015, lo que, en términos monetarios, equivale $15.830.322 y $10.301.739, respectivamente

Es notable, como vemos, que el impacto de las nuevas tecnologías modifica el acceso, la difusión, a producción y la percepción de los bienes y servicios culturales, pero que este cambio resulta positivo, ya que se percibe un crecimiento en todos los sectores de las industrias creativas.

En líneas generales:
  • el cine recuperó su poder de convocatoria y creció la cantidad de films nacionales realizados;
  • se imprimieron menos libros pero más títulos que en 2014;
  • bajó la circulación neta diaria de diarios pagos;
  • creció la circulación promedio de revistas gratuitas y disminuyó la de revistas pagas;
  • el total de shows internacionales representó un tercio más que en 2013;
  • casi la mitad de la inversión publicitaria se destinó a la televisión.


El dinamismo que tomó el sector  significa un 3% del PBI total del país. Un amplio aporte, que según las cuentas del MERCADO DE INDUSTRIAS CULTURALES ARGENTINAS (MICA)  implican $100.000 millones anuales en producción y 500.000 puestos de trabajo.
Actualidad muy favorable que ojalá siga desarrollándose en el tiempo, con el énfasis en los agentes locales, pero claro que el rol fundamental lo debe ocupar el Estado fomentando y trabajando para garantizar mayores y mejores oportunidades a los productores del sector cultural local, proponiendo y estableciendo políticas que fortalezcan el intercambio regional e internacional valorando por sobre todas las particularidades la diversidad de contenidos, que contribuya a desplegar y conformar una industria con mayor alcance para que el público sea el mayor posible.
Es necesario lograr tener un mercado nacional competente hacia el exterior, diverso y basto hacia el interior, dando chance a la multiplicidad de expresiones, identidades y estéticas culturales que presenta nuestro país. Siendo el ideal que en el consumo interno prevalezca la calidad y la cantidad de producción argentina contribuyendo a reforzar los valores sociales, de unidad y respeto, y  un imaginario social de legitimidad a la industria nacional.

 Como CONCLUSIÓN puede notarse el impacto positivo en todas y cada una de las áreas de las Industrias Culturales, que se proclaman en constante crecimiento. Habrá que ver como impactan las constantes crisis ciclicas que afronta cada (aproximadamente) 10 años el país. Y en que medida la elasticidad de los bienes y servicios culturales se adecua  a los altibajos económicos.






FUENTES:
  • ·         Informe de coyuntura económica sobre la cultura argentina SInCA – Sistema de Información Cultural de la Argentina / Año 8 Nro. 15 – Otoño 2016
http://www.sinca.gob.ar/sic/estadisticas/csc/index.php

  • ·         Página del MICA
https://mica.cultura.gob.ar/


  •     Entrevista a Stella Puente por Emprende Cultura
·         http://emprendecultura.net/2014/10/stella-puente-de-que-hablamos-cuando-hablamos-de-industrias-culturales/


  • ·         Nota de Télam en diálogo con Natalia Calcagno
http://www.telam.com.ar/notas/201506/108747-la-industria-cultural-alcanzo-una-produccion-record-de-70000-millones-de-pesos-equivalente-a-casi-3-del-pib.html

martes, 28 de junio de 2016

CULTURA EMERGENTE O EN EMERGENCIA?


Hace un par de días me enteré que en el Estadio Único de la ciudad de La Plata se va a realizar durante los tres primeros días de Julio el Festival Provincia Emergente, organizado por el gobierno de Buenos Aires.
La propuesta cuenta un cronograma ya decidido, con secciones de música, cine, stand up, danza, literatura, muestras, djs, área digital, parkour, longboard y charlas. Todo bajo el lema “el talento de una nueva generación”, que si bien no aparece en la página del evento si figura en las promociones de YouTube.

La cuestión viene cuando nos preguntamos ¿qué es lo EMERGENTE en este evento? Y la respuesta es: el evento mismo. Ya que apareció en las redes sociales una vez cerrado, con la grilla completa y el cronograma definido, con una sola semana de anticipación (muy democrático todo).
Por cierto, quiero destacar que me enteré del festival por el evento de Facebook que creó una de las bandas populares que participa, digamos que fue por casualidad.

Claro que no faltan las grandes bandas populares para animar al público como Onda Vaga, Dread Mar I, Estelares, Fidel Nadal, el Kuelgue, Perota Chingo… y otras que poco tienen de emergentes y ya están bien consolidadas.

El festival va a contar con 130 artistas por cada uno de los 3 días divididos en 13 disciplinas con 40 actividades diarias, y se legitima diciendo un menú enorme con los mejores y más nuevos sonidos de la ciudad, la provincia y el país, para que armes tu propio recorrido y vivas una experiencia única.

Mientras tanto en la ciudad que hace de anfitriona la cultura alternativa está atravesando un recorrido crítico, por un lado la aprobación de la ordenanza que va a regir a los centros culturales y su habilitación municipal, y por otro las clausuras a lugares importantes de la escena platense como es Pura Vida por falta de habilitación y predisposición del municipio lo que bastante contradictorio parece. A lo que se suma la desaparición del mural de Pablo Motta reemplazado por uno de Milo Locket, entre otros acontecimientos que padece la cultura platense.

En esta trama compleja un colectivo de artistas crea el Festival Cultura en Emergencia, desde una organización independiente. El primer sábado del mes en la emblemática Plazoleta de los Lápices (enfrente de Pura Vida), van a tocar bandas realmente representativas de la cultura emergente, y su manifiesto es bastante más fuerte que todo el ruido que puedan hacer la cantidad de actividades que propongan en el Estadio Único.
"El Estado no solo debe articular y habilitar canales propios, sino garantizar la producción desde espacios alternativos, autónomos e independientes. Esa es la opinión de los artistas que organizaron el festival alternativo; es decir, discrepan con una concepción utilitaria de la cultura y promueven el concepto de bien cultural." Estas palabras quedan explicitas en el evento de Facebook que convoca a partir de las 14hs  "para dar visibilidad y legitimidad a un modo de entender el arte como bien cultural y no como simple entretenimiento"
Como proponen estos músicos platenses, el eje no está en la cantidad de artistas que pueda meter el gobierno en tres días en el Estadio, importa  la cantidad de artistas y espacios que pueden laburar todos los días del año, y es el gobierno el que debe trabajar para mejorar sus condiciones, difusión y  formación. Es el gobierno el que debe planificar mucho más que un festival para visibilizar realmente lo que hace y produce la provincia. Y creo que se equivoca cuando cree que tiene que convocar a bandas de renombre como Estelares para convocar más gente, al contrario, tiene que legitimar el trabajo arduo de los artistas emergentes. Y que tampoco es necesario colapsar la agenda de tres días haciendo competir a los mismos participantes, "dando a elegir" al público que si va a una actividad se pierde de otras tres en simultaneo, como si la cantidad hiciera a la calidad del evento, como si más fuera mejor, como si las experiencias culturales solo fueran un cúmulo de bienes amontonables y cuantificables.
Si hay ganas, y sobre todo fondos, para trabajar en la cultura que se haga a conciencia y escuchando las demandas de cada sector, que no sea pan y circo, que sea lo justo y necesario. Que se saque a la cultura de este estado de emergencia en el que sufre y se esfuerza por aunque sea permanecer en lo cotidiano. Que se garantice el espacio y el derecho a cada artista emergente y que por sobretodo estén dadas las condiciones para que puedan siempre surgir nuevos actores de la cultura.




domingo, 5 de junio de 2016

¿Qué hacemos con la música?



En el auto, caminando, andando en bici, en el colectivo, cuando nos bañamos, cuando vamos a un bar, al teatro, cuando prendemos la tele, la radio, cuando estamos navegando en Internet… Parece que la música está permanentemente con nosotros, es quizá una de las ramas del arte más constante en nuestra cotidianidad… pero ¿Qué lugar le damos? ¿Qué nos produce? ¿Qué escuchamos? ¿Qué hacemos con la música?

Empecemos por preguntarnos ¿Qué entendemos por música? y lo primero que podemos hacer es googlear,  Wikipedia nos dice “La música (del griego: μουσική [τέχνη] - mousikē [téchnē], "el arte de las musas") es, según la definición tradicional del término, el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la intervención de complejos procesos psico-anímicos”. Y aunque la definición es bastante completa cada uno podrá entender lo “sensible” “lógico” y “coherente” en sus modos (determinados culturalmente).

¿Y los ruidos, también son música? Todos los sonidos cotidianos como el tránsito, los pasos, los electrodomésticos, mezclados con los ruidos de aves, perros, murmullos, sirenas…¿ acaso no es la música de la ciudad? Si se dan de forma lógica y hasta pueden tener ritmo y melodía.

En 1909, en Italia, nace la vanguardia Futurista, y una de sus innovaciones fue plantear el ruido como elemento fundamental de la composición. Luigi Russolo escribe el manifiesto ‘El arte de los ruidos’ (‘L’arte dei Rumori’, 1913), donde quedan expuestos los postulados de su concepción del hecho musical, en virtud de los cuales la música propiamente dicha pasaría a desecharse, por así decir, en beneficio de los “ruidos-sonidos” (zumbidos, rugidos, silbidos, susurros, chillidos, percusiones, ruidos metálicos, voces, gritos de hombres y animales, etc.) y que, sometidos a una reorganización intuitiva, pretendían configurar una estética sonora de su tiempo -anticipándose así a los experimentos de música concreta que treinta años después Pierre Schaeffer comenzaría a llevar a cabo-.
Los invito a escuchar la música futurista de Russolo, la pieza se llama Aviador Dro y está dentro de El Despertar de Una Ciudad:




Para seguir ampliando la concepción de música pero en el sentido contrario, ¿Por qué no pensar también en el silencio? Un elemento constitutivo de las composiciones.
John Milton Cage  fue un compositor, instrumentista, poeta, filósofo y pintor estadounidense. Por sobre todo eso fue un gran creativo. Compuso un obra para piano basada en el silencio. Es música, la partitura, lo objetivo, está escrito en un papel, pero lo innovador es su interpretación.
Acá está el video de esta obras titulada 4 ́33 ́ ́: 



 John Cage dijo muy ciertamente “Vivimos en un tiempo en el que creo que no hay una corriente principal, sino muchas corrientes, o incluso, si se quiere pensar en un río de tiempo, que hemos llegado a un delta, puede que incluso más allá de un delta, a un océano que se extiende hasta el cielo”.

Por lo que podemos afirmar que es tan increíble como inabarcable el universo de la música, y no nos permite juzgar con parámetros de bueno o malo simplemente diferente. Un universo en el que coexiste todo tipo de experimentación y la principal condición es la atemporalidad, ya que hoy podemos revivir la música de cualquier momento pasado. Vivimos en la capacidad de reunirnos con cualquier expresión artística por medio de una pantalla. Toda la música nos queda a un click.

Hoy internet es una máquina de tiempo que nos hace conocer y recuperar música de todas las épocas y de todas las partes del mundo sin siquiera movernos de nuestro escritorio. La música – y todas las industrias culturales- se transformaron a partir de la indisoluble vinculación con la red.
¿Pero qué hacemos con toda esa música a la que tenemos tan fácil acceso?
El pianista y director de orquesta Daniel Barenboim, dice que la música significa cosas diferentes para cada persona y a la vez significa cosas diferentes para la misma persona en distintos momentos. Acá les comparto un video de este artista, que con simples palabras  nos hace reflexionar del uso que le damos a la música:





Sin duda, nos deja una reflexión pero además un desafío, que implica darle otro lugar a la música, quizá el lugar que se merece. Desnaturalizar el simple hecho de poner play, prestarle atención y entregarnos a la música. No importa si es el fin es olvidar, por lo menos olvidemos disfrutando escuchar, para descubrir la magia que conlleva, la sensación de eternidad, el juego del tiempo. Uno puede sentir que el tiempo frena y viaja en recuerdos con una canción, y es la parte subjetiva, pero lo objetivo es la canción en si misma con su determinado tiempo de duración. La música combina estas dos características así como también acepta la coexistencia entre lo feliz y lo triste en simultáneo. La música lo es todo a la vez. “Es la expresión del alma que se evapora en el aire” ,  o que queda en la memoria del que escucha con atención y disfruta únicamente una canción, asi como también queda en la memoria de aquel que bailó y se divirtió con la música. Son válidas todas las formas, usos e intenciones.
Y si nos ponemos a pensar son varios los recuerdos que asociamos con alguna música determinada. Y ¿quién no escucha canciones que el hacen a acordar a personas o momentos?
Podemos usar la música de fondo cuando nos juntamos con amigos, o cuando vamos en el transporte, y la lista de reproducción que elijamos tendrá que ver con nuestro estado de ánimo, ¿Cuántas veces nos cambia el humor una canción?
Son demasiadas las cualidades que entran en casi cuatro minutos (promedio) que dura un tema, ni hablar en el concepto de un álbum entero.
Es bueno reflexionar de lo simple y lo complejo que es el arte, y también ser conscientes de que podemos viajar gratis subiéndonos a una canción.


viernes, 29 de abril de 2016

Reflexiones sobre Patrimonio y Desarrollo

En el siguiente ensayo se propone reflexionar acerca de las ideas de patrimonio y desarrollo. Como principal insumo y disparador se toman las 3° Jornadas Latinoamericanas de Patrimonio y Desarrollo que tuvieron lugar en la ciudad de La Plata entre los días 20 y 23 de Abril del 2016, propuestas por ICOMOS en trabajo compartido con la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad Catolica de La Plata, CAPBAUNO Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires Distrito Uno y la UNESCO.


Para empezar cabe explicitar a qué referimos cuando hablamos de Patrimonio, para lo que es fundamental relacionar  conceptos como: pasado, identidad, testimonio, pertenencia, memoria colectiva, lo significante y lo simbólico. Es necesario entenderlo  como campo de poder y de disputa, como elección y decisión de un sector social para el resto – de la historia y del pueblo - .
El patrimonio puede ser natural o cultural. En caso del primero, desde hace poco,  se habla del desarrollo sostenible, ya que parte del pasado para planificar un mejor futuro;  y en caso del segundo puede ser  tangible o intangible y es particular de cada región.
El patrimonio cultural es un acuerdo social, un proyecto político, que incluye y excluye. Generalmente está inmerso en las ciudades, estas últimas entendidas como el artefacto cultural más importante de la producción humana, porque es donde definimos tiempo y espacio , que en forma de contexto, nos dan parámetros de análisis.

Ante la inmensa pregunta de qué es y qué no es patrimonio la infinita cantidad de respuestas serán siempre subjetivas.
El patrimonio es la identidad de la cultura. Entonces  cultura y patrimonio son conceptos que se definen entre sí.  Así es que cada país, región, pueblo, barrio, familias tendrán su propio patrimonio, y este irá adecuándose a los cambios sociopolíticos y culturales, es decir, que es dinámico y moldeable, nace y muere en relación a las necesidades de la sociedad a la que pertenezca.

Patrimonio es por ejemplo, un paisaje natural como las Cataratas del Iguazú, o una estatua que conmemora a un prócer, héroe de la historia nacional o rememora un acontecimiento, materializando el patrimonio intangible. Puede ser también un sitio histórico como el Cabildo, o una biblioteca y sus libros, y hasta un álbum de fotos familiares.

Para identificarnos con los diferentes tipos de patrimonio debe existir en nosotros una referencia histórica o sentimental.  Pero en las grandes ciudades puede ser que no existan esas referencias.
Vivimos en ciudades compactas, colapsadas. Los cascos históricos quedan sumergidos en mareas de gente y transporte. Ciudades departamentos, que a pesar de tener cada vez más gente lo que menos tiene es interacción con el vecino. El individuo se reconoce solitario, la sociedad fragmentada.  Se cumple un horario en la zona de trabajo y de inmediato se quiere huir.  Los centros se colapsan de productos y servicios que buscan atraer al lugar al que la mayoría repele.
Y en ese tránsito continuo y desgastante, no solo se desdibuja la forma del casco histórico y su esencia, sino también que se des-legitima, se naturaliza. Los edificios nuevos y los viejos terminan siendo parte del mismo paisaje, indistinto, tapado por publicidad.
Entonces la ciudad es una sumatoria de transeúntes y arquitectura, deja de ser una comunidad, porque pierde el rol del vecino, porque el beneficio de lo social se pierde entre el beneficio financiero que a su vez compite con el cultural y el ambiental.
En las 3°Jornadas Latinoamericanas de Patrimonio y Desarrollo que realizó ICOMOS en la ciudad de La Plata, se habló mucho de pensar al patrimonio en un conjunto de nociones que interpelen al desarrollo actual y lo orienten hacia cualidades sostenibles. Es tan evidente como urgente repensar los rumbos que eligieron los grandes capitales para superponerse en los diferentes mercados, que ante la ambición de desarrollo financiero avasallan todo tipo de patrimonio natural arruinando el medio ambiente con daños irreparables.
Esta cuestión fue muy recurrente entre los conferencistas invitados a abrir cada jornada pero resultaban mucho  más interesantes los abordajes del tema en las ponencias que sucedían en los talleres de las Jornadas, donde se contaban experiencias particulares de rescate, salvaguarda y uso del patrimonio, natural y cultural.
En la mayoría de los talleres los espacios o elementos considerados patrimonio eran parte de la comunidad, tenían que ver con su origen o dinámica, y , no casualmente, coincidía con la visión de Jordi Borja (invitado principal de las Jornadas) de reconocer y recuperar los espacios fabriles, el patrimonio del obrero, de la clase trabajadora.  Fue así, que hubo experiencias en relación a fábricas, estaciones de tren, barrios obreros, escuelas rurales, etc.
En estos trabajos el abordaje era teórico y práctico. Contaba con diferentes instancias – recopilación de testimonios, conocimiento de la historia, catalogación de bienes, problematización del caso, revalorización, convenios, concursos- Siempre trabajando desde y para la comunidad, poniendo en dialogo su identidad y legitimando su patrimonio desde la participación y la manifestación de necesidades que rescatan la memoria colectiva en busca de una solución a las problemáticas que afrontan, desde lo arquitectónico como es el mantenimiento o la reconstrucción, hasta el cuidado y uso adecuado de los bienes naturales.
Un caso que me pareció trascendental, desde lo personal y a modo de conclusión, fue el que expuso Jorge Tomasi, sobre Las prácticas en el patrimonio, Consideraciones sobre los saberes y las técnicas constructivas en tierra de La Puna Jujeña. Mediante fotos y testimonios orales de su experiencia en la Puna Jujeña, Tomasi, explicó en que constaba la construcción de una vivienda en esa zona. A modo de ritual, la casa hecha con materiales orgánicos, es construida por sus propios habitantes. El saber de la construcción es popular, forma parte de un legado cultural, asi como cosechar o cuidar a los animales. Es mucho más que aprender una técnica, porque tiene que ver con un todo que es su propia cultura. Una cultura que no disocia patrimonio tangible del intangible porque ambos son correlativos. El conocimiento se aplica en un tramado de significaciones donde nada queda librado al azar y responde a una lógica de procedimientos de saber ancestral que se adquieren por el tan solo hecho de ser parte de esa comunidad, que otorga esa particular cosmovisión.
Es así como, una vez finalizada, quienes la construyeron atan con cintas rojas un huevo que pende desde el techo, en el interior de la casa, y lanzan flechas con la intención de romperlo. Las flechas se van clavando en el techo. En este acto se mata a la casa. Al ser una vivienda construida con elementos orgánicos, vivos, la casa es un ente con vida y deben matarlo para que no perjudique a sus futuros habitantes.
Esta cosmovisión entiende lo natural y lo cultural, lo tangible y lo intangible, como partes de la misma cosa. Entiende que su hábitat es su casa pero antes el mundo. La tierra es su principal patrimonio, y viven en comunión con ella, respetándola, cuidándola y sobre todo habitándola. Existe el uso y el consumo, claramente, pero no el abuso ni el consumismo.

Esta ponencia me dejó sacando varias conclusiones. Lo primero que sentí fue admiración y a la vez extrañamiento. Esta cultura de la que charlamos es acá, en nuestro mismo suelo argentino y nos parece tan distante como desconocida. Porque es sumamente diferente a nuestros usos y costumbres.
 La concepción de la casa, del hogar, que es quizá uno de los primeros patrimonios que reconocemos como propios, en la Puna Jujeña es mucho más que un espacio habitable para comer, dormir y estar. Es vida, y muerte, y está hecha por ellos mismos. ¿Cuántos de nosotros levantamos con nuestras manos nuestras casas?¿Cuánto sabemos de nuestra propia cultura desde un lugar de hacer y enseñar a hacer?.

Por otro lado, pensaba en la sustentabilidad de esta cultura, que deviene de esta comunión del hombre y la naturaleza muy alejada de las sociedades globalizadas.
El continuo avance de la ciencia fue muchas veces contradiciendo y ninguneando a las culturas nativas y aborígenes. ¿Cuantas veces leímos en nombre del desarrollo que los subdesarrollados eran precarizados por no tener tecnología, edificios, saberes científicos, y cuántas fueron las veces que pudimos razonar que el desarrollo no debe ser avasallar ni idéntico en cada comunidad?.
Requiere el esfuerzo de aprender que cada cultura responde a ciertas necesidades y que no se pueden comparar esperando las mismas soluciones ante parecidos conflictos. Cada comunidad tiene su propio tiempo-espacio, su propio saber y por ende su propio patrimonio. No todo puede responder a la misma lógica aunque así lo crea el capitalismo.
Una contradicción poco reconocida por esos estudiosos  es que en nombre de la ciencia y el progreso destruyeron el medio ambiente y saberes populares originarios, destruyendo patrimonio tangible natural y cultural e intangible como es la sabiduría ancestral, son hoy los que retoman el cuidado y el respeto por el medio, promoviendo una relación armoniosa entre uso y salvaguarda. Como si se intentara reparar – o peor, olvidar- todos estos largos años de destrucción retornando a las ideas originales de conservación de los bienes para las generaciones venideras.
¿Acaso alguien tendrá el valor de revalorizar las culturas que tanto tiempo se negaron y excluyeron por precarias y subdesarrolladas? . Ojalá que sí, porque es necesario. A modo de intentar cicatrizar tantas heridas que les causamos a los pueblos aborígenes, legitimar su saber, considerarnos aprendices de sus legados, reencausar los objetivos sociales y coexistir desde el respeto al ambiente y al vecino. Por qué también, de estas comunidades, debemos reconocer el sentido de comunidad que imparte sentido de pertenencia, reconocimiento y respeto al vecino. Vinculo, dialogo, trabajo en grupo, común unión e intercambios.
Claro, que no debemos caer en idealizar a las comunidades aborígenes o las comunidades pasadas, no hay que teatralizar ni banalizar lo que fue o es esencial. Pero si es justo reflexionar que las grandes potencias hoy piensan en transformar – aunque sea una parte-  de sus lógicas financieras en relación a economías sustentables, siendo estas formas las primitivas que ellos mismos se encargaron de borrar por precarias e insuficientes.

Es innegable el paso del tiempo y el cambio en materia sociocultural, política y económica. Volviendo al eje de las ciudades dinámicas y la revitalización de los patrimonios edilicios, es a mi entender, fundamental que ante las modificaciones de adaptación necesarias que sufren y viven las culturas, la revisión del pasado nos hace comprender el presente con la ventaja de poder vislumbrar los caminos posibles para el desarrollo sustentable del futuro, y en estos pensamientos es necesario rescatar la esencia de cada cultura, para que se trabaje y se viva en una comunidad que defienda y construya desde y con la misma misión y los mismos objetivos. Por ello el análisis de los patrimonios es necesario abordarlo desde lo regional, abarcar comunidades con sus correspondientes territorios, problematizar y desnaturalizar los conflictos que allí existan y plantear soluciones adecuadas. La clave para mantener el patrimonio es, más allá reconocerlo, sentirlo propio y útil. La utilidad será lo que lo haga trascender sin desaparecer, y esa trayectoria implica transformaciones necesarias que respondan a la actualización en tanto que pueda seguir manteniendo su esencia y cumplir su función determinada.


Para terminar, comparto una cita del libro “aprender a fluir” de Mihaly Csikszentmihalyi , donde figura “como un supuesto básico la idea de que si deseamos entender que significa realmente hoy “vivir”, debemos escuchar voces del pasado e integrar sus mensajes en el conocimiento que la ciencia está acumulando lentamente. Que no existe esperanza en el pasado, no se puede encontrar una solución en el presente ni sería una solución mejor saltar a un futuro imaginario. El único camino para averiguar en qué consiste esta vida  es el intento paciente y lento de dar sentido a las realidades del pasado  y a las posibilidades del futuro tal como pueden entenderse en el presente.”



Pintura de Adela Casdo


"una puerta giratoria, no mas que eso, es la historia" Jorge Drexler.


Pintura de Theo van Doesburg

lunes, 11 de enero de 2016

Tradiciones históricas contra Costumbres modernas... ¿Lali en Jesús María?

El folklore es, desde su etimología, el saber y el conocimiento del pueblo, es la manifestación de la cultura en todas sus formas de expresión, arte, artesanía, comidas, mitos y leyendas, costumbres, tradiciones, la música y la danza.

Arraigado a las costumbres más tradicionalistas del folklore argentino, cada enero se celebra el Festival de Doma y Folklore de Jesús María, que este año llega a su edición número 51.
Esta celebración tiene su origen en 1965, cuando un grupo de pueblerinos cordobeses crean la Sociedad de Cooperadoras Escolares de Jesús María y Colonia Caroya, con el fin de gestionar un evento que permita reunir fondos para la educación, teniendo como pilares la tradición, el amor a la tierra y la cultura popular se organizó desde aquel entonces hasta hoy el festival, claro que siempre creciendo y ampliando su grilla correspondiendo a la ampliación de su público. Es con lo recaudado en estas celebraciones como se realiza una constante e importante colaboración a las escuelas, aportando comidas, útiles, libros, material pedagógico, gabinetes informáticos, salones multiuso, gimnasios cubiertos, baños dignos, perímetros cercados, aulas para cada uno de sus grados con amplias paredes con revoques pintados, laboratorios de especialidades, bibliotecas, veredas de material y hasta agua corriente para una escuela rural.
Típicamente en este evento el escenario es lugar de música tradicional del folclore argentino, y acá empieza quizá a existir la polémica en cuestión.
Si definimos folclore como el saber y hacer del pueblo, es decir, su cultura, ¿con qué criterio decimos qué es folclore y qué no? . Lo sencillo en este caso es que el festival es de Doma y Folclore, y eso ya nos enmarca en tradiciones que tienen que ver con un seno argentino de relación con el campo, con los animales, con el coraje del gaucho. Implica conocer acerca de las jineteadas, que en el caso del Jesús María se da en tres diferentes instancias según las condiciones que tenga el jinete, los elementos que puede usar y como se presente el bagual (caballo sin domar), que varían en Crina limpia, Grupo sureña y Bastos con encimera sin boleadoras.
La jineteada mantiene vigente el homenaje a una cultura viva en el interior del país, es parte de la conservación del patrimonio intangible, porque colabora con la perduración de eso  tan típico que a la vez es tan lejano para los que no vivimos en el campo, y ese cúmulo de tradiciones que son la fiel identidad del paisano y del paisaje y tienen relación con lo que comúnmente denominamos folclore, evocando a chacareras, zambas, chamamé, carnavalitos, pericón, vidalas, chayas, gatos o cuecas. Cada uno con sus ritmos e instrumentos propios, característicos de cada región. Sin embargo, todas ellas fueron permeables a las influencias de regiones vecinas o de países limítrofes.
¿Pero eso solo es folclore?  el tango, la cumbia, el rock nacional, el cuarteto, y otros ritmos, ¿no lo son también?
Lo que sucede es que para hablar de la historia del folklore argentino se parte de tres hitos la colonización española y la inmigración africana forzada por el tráfico de esclavos durante la dominación española (siglos XVI-XVIII); y las olas de inmigrantes, primero la  europeos (1880-1940) y  la gran migración interna (1930-1980). Siendo esta manera una manera hibrida de conformar el Estado Nación, que arroja resultados híbridos y particulares en la creación de la cultura argentina.
Lo que se reconoce históricamente como folclore son esos (primeros) estilos de música, asociados con letras a los paisajes rurales, a la cotidianeidad de la vida en el campo, al trabajo con los animales y la tierra. De hecho es común encontrar en las payadas o en las milongas camperas referencias a los caballos, a la flora o la fauna del lugar. Lo importante para destacar como característica de todos estos géneros tradicionales es que transmiten lo local de una manera muy personal, arraigada a la forma de vida y sobre todo a la historia que forja la cultura.

En el Festival de Doma y Folclore de Jesús María, los artistas que suelen frecuentar el escenario son los que cumplen con esa condición, como por ejemplo Los Cuatro de Córdoba, Duo Coplanacu, Los Tekis, El Chaqueño, La Sole, Los Yupanquis, Pastor Luna, Los Manseros Santiagueños, Los Nocheros, Los Alonsitos, Jorge Rojas, y figuras reconocidas en el ambiente.

Es válida la pregunta sobre el nacionalismo o el tradicionalismo acerca de estos shows, ante  la tendencia a valorar la tradición en cuanto conjunto de normas y costumbres heredadas del pasado, por el simple de hecho de mantenerlas para que perduren inamovibles en el tiempo, a la vez que cabe reconocer la perdurabilidad de las costumbres, trascendiendo como legado y conformando el patrimonio cultural nacional.

Este año, la organización del festival decidió cerrar el evento con la presencia de la artista pop Lali Espósito, y fue un claro punto de discusión.
¿es Lali Espósito representante del folclore argentino? Sí. Porque mueve muchísima cantidad de gente, llena teatros con su obra (adaptación de la telenovela que protagoniza en la tv) y también llena teatros con su música popera de bajo contenido. Es una artista masiva, aunque no popular, porque el público que la sigue es mayoritariamente adolescente de los que suelen relacionarse con modas y no con referentes
Pero… ¿es Lali Espósito representante del folclore tradicional argentino? No. ¿Tiene relación alguna su música con las domas? No. Y por eso su presencia en un festival que desde que empezó hasta este año mantuvo una línea de ética y estética (ligada a las tradiciones camperas que nombraba antes), llama la atención y despierta duras críticas.
Por qué entonces el festival se volvió vulnerable ante la oportunidad de contratar un artista del momento que asegura llevar miles de espectadores. Se ve muy claro el negocio. Aunque tampoco debemos caer en la ingenuidad y pensar que solo porque esta vez la polémica es con una artista de otro género no hubo intereses económicos de fondo, con tan solo pensar en el caché de cada artista. Pero claro, no olvidemos que el fin del evento es solidario.
Entonces ¿qué vale más? Por un lado mantener una tradición cultural, brindando un evento para visibilizar y celebrar la cultura esencialmente criolla, respetando las costumbres y manteniendo una línea, que sobre todo marca también la identidad del espectáculo, y por otro lado pensar en que artista convoca más público y contratarlo para aumentar el público, por más que eso implique ampliar los horizontes del festival y crear una masa espectadora tan amplia como hibrida.

Varios medios de comunicación levantaron la noticia con cierto tono de agresión a Lali Espósito desde el público que frecuenta el festival, proclamándose en su contra.
En las redes sociales se compartieron imágenes en contra de la presencia de esta artista,  y trascendía como un simple rechazo generalizado.
El grupo Folclore Nomás, pudo expresar claramente la postura que se toma, dando explicaciones suficientes
 No estamos en contra de Lali (género musical: pop) sino de que no es coherente su presencia en un Festival tradicional de "DOMA Y FOLCLORE" en el cual se debería priorizar el fomento de nuestra música autóctona ante los más jóvenes.
- El Festival termina el día lunes 18 como dice la grilla de programación y por eso se "vende" el Festival con los artistas hasta ese día, No existe un Festival hasta el domingo y el lunes empieza otro, como algunos ilógicamente suponen. Si antes se presentaban conjuntos de cuarteto en la última noche es aceptable porque son parte de la cultura cordobesa, tierra donde se hace el festival.
- Si la presencia de Lali, Marama y demás el día lunes 18 esta pensado como una noche extra con fines benéficos, lo cual apoyamos y destacamos enormemente, también se puede hacer dicha noche con artistas del género folclore que convoquen o hacer un evento posterior con otro nombre pero no dentro del Festival de DOMA Y FOLCLORE, vamos de nuevo FOL CLO RE” (cita textual de un comunicado de Facebook)

Dejando en evidencia que se intenta defender un show cultural por encima de mercado de las industrias culturales, y este el segundo punto de inflexión en el tema.
Primero entender que es el folclore tradicional y por qué afecta la presencia de artistas como Lali o la banda de cumbia-pop uruguaya Marama (convocada para el mismo día),y el segundo es tratar de visualizar donde un espacio cultural popular se convierte en un mercado cultural que comienza a guiarse por la rentabilidad por sobre la identidad del producto. De manera que una festividad con gran convocatoria e identidad afirmada en un pueblo pierde su estable vínculo por intentar captar otros/nuevos públicos bajo un solo lema de oferta-demanda guiado por industrias culturales que lejos están de mantener vivas las esenciales tradiciones argentinas.

La diferencia entre cultura de masas y cultura popular, es que la primera está signada por un mercado capitalista cambiante y cosmopolita, que pierde identidad local para ganar un insulso sentido de pertenencia global en contraposición con la cultura popular que es la manifestación de un pueblo que expresa desde su espacio su cosmovisión y sus costumbres.
Sin ánimos de criticar negativamente el producto en fin que es Lali Espósito, la identifico con una cultura de masas, que no profundiza en un mensaje natural, que se vende por las pantallas y que nada tiene que ver con un festival de Doma (tampoco quiero hacer un juicio sobre las domas mismas), todo tendrá su razón de ser y su lugar, la cuestión es hasta donde se puede querer “innovar” en un espacio que hace 51 años responde a una misma lógica, la cual este año vuelve a mantener hasta el último día en que deciden coronan la festividad un género atípico en este particular escenario.

Sin duda es un tema que permite tantas lecturas como interpretaciones, aunque la que más ruido hace sea la de ver como cada espacio, por más que intente ser tradicionalista, se quiebra ante nuevos consumos de masa o por la simple e inminente lógica económica. Sobre todo si pensamos que en el 2000 quien cerraba semejante show era nada menos que Mercedes Sosa… cabe en cada uno pensar cómo se llegó a contratar para lo mismo a Lali.

domingo, 3 de enero de 2016

Muñecos de Fin de Año, tradición platense

Los últimos días de Diciembre volví a leer Farenheit 451, de Ray Bradbury, "era un placer quemar", y todas las hazañas con el fuego me hicieron pensar en lo increíble de este fenómeno natural, y preguntarme lo que el mismo autor me contestó, citando textual: "¿Qué hay en el fuego que lo hace tan atractivo? No importa la edad que tengamos, ¿que nos atrae hacia él?- Beatty apagó de un soplo la llama y volvió a encenderla-. Es el movimiento continuo, lo que el hombre quiso inventar, pero nunca lo consiguió. O el movimiento casi continuo. Si se la dejara arder, lo haría durante toda nuestra vida. ¿Qué es el fuego? Un misterio. Pero en realidad no lo saben. Su verdadera belleza es que destruye responsabilidad y consecuencias. Si un problema se hace excesivamente pesado, al fuego con él".

Termine de leer el libro para cuando en la ciudad de La Plata se empezaban a ver los primeros esqueletos de los Muñecos de Fin de Año.

En la ciudad hay una antigua tradición que tiene directa relación con un ritual latino y la noche del  “año viejo”. Cada 31 de diciembre a la media noche los vecinos o familias quemaban un momo relleno de paja o madera, representando con la incineración y el fuego la supresión de lo pasado, una regeneración de las energías y el tiempo, la transición y con ella abolir lo viejo y dar lugar a lo nuevo y a la purificación.

Se dice que en La Plata esta costumbre comenzó en el bar de Don Tortora, en 1956, cuando en homenaje a un jugador de Cambaceres se quemó un muñeco en la esquina de 10 y 40.
Desde entonces se empezó a contagiar entre los ciudadanos las ganas de hacer y quemar sus propios muñecos, convirtiéndose en una tradición de cada barrio. Con el tiempo se fueron perfeccionando y haciendo más creativos, también aumentó el uso de la pirotecnia para el relleno de los mismos.

El crecimiento fue tal que la Municipalidad comenzó a regular la actividad, para realizar un muñeco hay que registrarlo en oficinas del municipio, y los que están en esa lista participan por concursos para elegir al mejor.

El ritual de los muñecos tiene particularidades, se comienzan a realizar a partir de los días cercanos a la Navidad, y están listos para la noche del 31, algunos siguen cumpliendo con la quema a las 00hs, pero la mayoría –para dar más lugar al brindis familiar- convocan a los vecinos a partir de la una de la madrugada.
Los muñecos suelen constar con una estructura de hierro y alambres soldados que forman el esqueleto y que se cubre con papel y engrudo y luego se pinta. Los fondos para hacerlos los aportan los mismos vecinos del barrio y es tradición también que al pasar por cada muñeco en construcción se pare a los autos o peatones para pedir colaboraciones.

Otra tradición dentro de esta costumbre es la del recorrido por la ciudad el mismo 31 para ver como quedaron.

Este fin de año en la ciudad hubo anotados  en el Municipio 120 muñecos, claramente más de uno por barrio, y aunque no salí a hacer el típico recorrido como cuando era más niña, visité solo algunos y me adelanté a elegir el que para mí sería el ganador.
(También lo hice pensando en esta nota)

Selvática, el eslabón perdido está construido en la calle 77 entre 13 y 14, y es mucho más que un muñeco, son 33 piezas hechas por separado, montadas en una escenografía, creando un ambiente mágico. Puede atravesarse, tiene agua, arena, y un realismo que cautiva. Esta realizado por el Grupo Artístico Autodidacta Muñequero (GAAM Drako), que cuenta con una tradicionalista trayectoria en la creación de muñecos de fin de año.
Gente de todos los barrios se acercaba a verlo, transitarlo y sacarse una foto. No había quién no se vaya asombrado.
Con un mensaje de concientización sobre el cuidado de la naturaleza, esta escena montada en el medio de las calles hacía que las casas parezcan diminutas, y por ser una verdadera obra de arte ganó el primer premio elegido por la gente y por los medios de comunicación que organizan el concurso.



                                                   




     

Creo que esta costumbre trasciende el hecho de crear un muñeco de un personaje del año o de crear algo nuevo, es más que el intento de superar la construcción anterior, esta forma de arte efímera se justifica en el hecho de compartir con los vecinos. 
Es un hecho cultural que indiscutidamente crea y es creador a la vez de identidades. Formar parte del equipo que realiza un muñeco implica un fuerte sentido de pertenencia a un barrio, a unas cuadras, hace perdurar la idea de “los amigos del barrio”, y el clima caluroso ayuda para que las calles de la ciudad se pueblen hasta altas horas de la madrugada, siendo el momento preferido para ponerse a trabajar entre alambres y cartones. Los chicos ya de vacaciones pasan los primeros días del verano construyendo su muñeco, poniendo tanto esfuerzo en lo que luego arde en llamas efímeramente; días enteros de dedicación acaban en un show de fuego que no dura más de 5 minutos. Es una metáfora. El tiempo se quema a la vez que el fuego enciende, como si se tratara de dar muerte a la vez que se regenera la vida.

Fahrenheit 451 es la temperatura a la que se quema el papel, y es el papel una de las principales materias primas de los muñecos. Pero es más que papel, alambre y pirotecnia lo que arde entre el 31 de Diciembre y el 1° de Enero.
Las esquinas o ramblas son escenarios, los muñecos – algunos gigantes de hasta 7 metros de altura – invitan, llaman, convocando a un grupo de conocidos y desconocidos a compartir ese momento. Todos reunidos alrededor del fuego, intentando quemar el pasado e incendiando realmente el trabajo de tantos días, viendo arder para encender el año entrante.