martes, 28 de junio de 2016

CULTURA EMERGENTE O EN EMERGENCIA?


Hace un par de días me enteré que en el Estadio Único de la ciudad de La Plata se va a realizar durante los tres primeros días de Julio el Festival Provincia Emergente, organizado por el gobierno de Buenos Aires.
La propuesta cuenta un cronograma ya decidido, con secciones de música, cine, stand up, danza, literatura, muestras, djs, área digital, parkour, longboard y charlas. Todo bajo el lema “el talento de una nueva generación”, que si bien no aparece en la página del evento si figura en las promociones de YouTube.

La cuestión viene cuando nos preguntamos ¿qué es lo EMERGENTE en este evento? Y la respuesta es: el evento mismo. Ya que apareció en las redes sociales una vez cerrado, con la grilla completa y el cronograma definido, con una sola semana de anticipación (muy democrático todo).
Por cierto, quiero destacar que me enteré del festival por el evento de Facebook que creó una de las bandas populares que participa, digamos que fue por casualidad.

Claro que no faltan las grandes bandas populares para animar al público como Onda Vaga, Dread Mar I, Estelares, Fidel Nadal, el Kuelgue, Perota Chingo… y otras que poco tienen de emergentes y ya están bien consolidadas.

El festival va a contar con 130 artistas por cada uno de los 3 días divididos en 13 disciplinas con 40 actividades diarias, y se legitima diciendo un menú enorme con los mejores y más nuevos sonidos de la ciudad, la provincia y el país, para que armes tu propio recorrido y vivas una experiencia única.

Mientras tanto en la ciudad que hace de anfitriona la cultura alternativa está atravesando un recorrido crítico, por un lado la aprobación de la ordenanza que va a regir a los centros culturales y su habilitación municipal, y por otro las clausuras a lugares importantes de la escena platense como es Pura Vida por falta de habilitación y predisposición del municipio lo que bastante contradictorio parece. A lo que se suma la desaparición del mural de Pablo Motta reemplazado por uno de Milo Locket, entre otros acontecimientos que padece la cultura platense.

En esta trama compleja un colectivo de artistas crea el Festival Cultura en Emergencia, desde una organización independiente. El primer sábado del mes en la emblemática Plazoleta de los Lápices (enfrente de Pura Vida), van a tocar bandas realmente representativas de la cultura emergente, y su manifiesto es bastante más fuerte que todo el ruido que puedan hacer la cantidad de actividades que propongan en el Estadio Único.
"El Estado no solo debe articular y habilitar canales propios, sino garantizar la producción desde espacios alternativos, autónomos e independientes. Esa es la opinión de los artistas que organizaron el festival alternativo; es decir, discrepan con una concepción utilitaria de la cultura y promueven el concepto de bien cultural." Estas palabras quedan explicitas en el evento de Facebook que convoca a partir de las 14hs  "para dar visibilidad y legitimidad a un modo de entender el arte como bien cultural y no como simple entretenimiento"
Como proponen estos músicos platenses, el eje no está en la cantidad de artistas que pueda meter el gobierno en tres días en el Estadio, importa  la cantidad de artistas y espacios que pueden laburar todos los días del año, y es el gobierno el que debe trabajar para mejorar sus condiciones, difusión y  formación. Es el gobierno el que debe planificar mucho más que un festival para visibilizar realmente lo que hace y produce la provincia. Y creo que se equivoca cuando cree que tiene que convocar a bandas de renombre como Estelares para convocar más gente, al contrario, tiene que legitimar el trabajo arduo de los artistas emergentes. Y que tampoco es necesario colapsar la agenda de tres días haciendo competir a los mismos participantes, "dando a elegir" al público que si va a una actividad se pierde de otras tres en simultaneo, como si la cantidad hiciera a la calidad del evento, como si más fuera mejor, como si las experiencias culturales solo fueran un cúmulo de bienes amontonables y cuantificables.
Si hay ganas, y sobre todo fondos, para trabajar en la cultura que se haga a conciencia y escuchando las demandas de cada sector, que no sea pan y circo, que sea lo justo y necesario. Que se saque a la cultura de este estado de emergencia en el que sufre y se esfuerza por aunque sea permanecer en lo cotidiano. Que se garantice el espacio y el derecho a cada artista emergente y que por sobretodo estén dadas las condiciones para que puedan siempre surgir nuevos actores de la cultura.




domingo, 5 de junio de 2016

¿Qué hacemos con la música?



En el auto, caminando, andando en bici, en el colectivo, cuando nos bañamos, cuando vamos a un bar, al teatro, cuando prendemos la tele, la radio, cuando estamos navegando en Internet… Parece que la música está permanentemente con nosotros, es quizá una de las ramas del arte más constante en nuestra cotidianidad… pero ¿Qué lugar le damos? ¿Qué nos produce? ¿Qué escuchamos? ¿Qué hacemos con la música?

Empecemos por preguntarnos ¿Qué entendemos por música? y lo primero que podemos hacer es googlear,  Wikipedia nos dice “La música (del griego: μουσική [τέχνη] - mousikē [téchnē], "el arte de las musas") es, según la definición tradicional del término, el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la intervención de complejos procesos psico-anímicos”. Y aunque la definición es bastante completa cada uno podrá entender lo “sensible” “lógico” y “coherente” en sus modos (determinados culturalmente).

¿Y los ruidos, también son música? Todos los sonidos cotidianos como el tránsito, los pasos, los electrodomésticos, mezclados con los ruidos de aves, perros, murmullos, sirenas…¿ acaso no es la música de la ciudad? Si se dan de forma lógica y hasta pueden tener ritmo y melodía.

En 1909, en Italia, nace la vanguardia Futurista, y una de sus innovaciones fue plantear el ruido como elemento fundamental de la composición. Luigi Russolo escribe el manifiesto ‘El arte de los ruidos’ (‘L’arte dei Rumori’, 1913), donde quedan expuestos los postulados de su concepción del hecho musical, en virtud de los cuales la música propiamente dicha pasaría a desecharse, por así decir, en beneficio de los “ruidos-sonidos” (zumbidos, rugidos, silbidos, susurros, chillidos, percusiones, ruidos metálicos, voces, gritos de hombres y animales, etc.) y que, sometidos a una reorganización intuitiva, pretendían configurar una estética sonora de su tiempo -anticipándose así a los experimentos de música concreta que treinta años después Pierre Schaeffer comenzaría a llevar a cabo-.
Los invito a escuchar la música futurista de Russolo, la pieza se llama Aviador Dro y está dentro de El Despertar de Una Ciudad:




Para seguir ampliando la concepción de música pero en el sentido contrario, ¿Por qué no pensar también en el silencio? Un elemento constitutivo de las composiciones.
John Milton Cage  fue un compositor, instrumentista, poeta, filósofo y pintor estadounidense. Por sobre todo eso fue un gran creativo. Compuso un obra para piano basada en el silencio. Es música, la partitura, lo objetivo, está escrito en un papel, pero lo innovador es su interpretación.
Acá está el video de esta obras titulada 4 ́33 ́ ́: 



 John Cage dijo muy ciertamente “Vivimos en un tiempo en el que creo que no hay una corriente principal, sino muchas corrientes, o incluso, si se quiere pensar en un río de tiempo, que hemos llegado a un delta, puede que incluso más allá de un delta, a un océano que se extiende hasta el cielo”.

Por lo que podemos afirmar que es tan increíble como inabarcable el universo de la música, y no nos permite juzgar con parámetros de bueno o malo simplemente diferente. Un universo en el que coexiste todo tipo de experimentación y la principal condición es la atemporalidad, ya que hoy podemos revivir la música de cualquier momento pasado. Vivimos en la capacidad de reunirnos con cualquier expresión artística por medio de una pantalla. Toda la música nos queda a un click.

Hoy internet es una máquina de tiempo que nos hace conocer y recuperar música de todas las épocas y de todas las partes del mundo sin siquiera movernos de nuestro escritorio. La música – y todas las industrias culturales- se transformaron a partir de la indisoluble vinculación con la red.
¿Pero qué hacemos con toda esa música a la que tenemos tan fácil acceso?
El pianista y director de orquesta Daniel Barenboim, dice que la música significa cosas diferentes para cada persona y a la vez significa cosas diferentes para la misma persona en distintos momentos. Acá les comparto un video de este artista, que con simples palabras  nos hace reflexionar del uso que le damos a la música:





Sin duda, nos deja una reflexión pero además un desafío, que implica darle otro lugar a la música, quizá el lugar que se merece. Desnaturalizar el simple hecho de poner play, prestarle atención y entregarnos a la música. No importa si es el fin es olvidar, por lo menos olvidemos disfrutando escuchar, para descubrir la magia que conlleva, la sensación de eternidad, el juego del tiempo. Uno puede sentir que el tiempo frena y viaja en recuerdos con una canción, y es la parte subjetiva, pero lo objetivo es la canción en si misma con su determinado tiempo de duración. La música combina estas dos características así como también acepta la coexistencia entre lo feliz y lo triste en simultáneo. La música lo es todo a la vez. “Es la expresión del alma que se evapora en el aire” ,  o que queda en la memoria del que escucha con atención y disfruta únicamente una canción, asi como también queda en la memoria de aquel que bailó y se divirtió con la música. Son válidas todas las formas, usos e intenciones.
Y si nos ponemos a pensar son varios los recuerdos que asociamos con alguna música determinada. Y ¿quién no escucha canciones que el hacen a acordar a personas o momentos?
Podemos usar la música de fondo cuando nos juntamos con amigos, o cuando vamos en el transporte, y la lista de reproducción que elijamos tendrá que ver con nuestro estado de ánimo, ¿Cuántas veces nos cambia el humor una canción?
Son demasiadas las cualidades que entran en casi cuatro minutos (promedio) que dura un tema, ni hablar en el concepto de un álbum entero.
Es bueno reflexionar de lo simple y lo complejo que es el arte, y también ser conscientes de que podemos viajar gratis subiéndonos a una canción.