martes, 1 de diciembre de 2015

Patrimonio Fileteado



 Arte, carteles, Buenos Aires, Porteño, Tango, La Boca, Caminito, San Telmo, estilo…
estas podrían ser las  primeras palabras que se nos vienen a la mente cuando pensamos en el Fileteado.
Esta técnica que nació en Buenos Aires a fines del siglo XIX, consecuencia de la cantidad de inmigrantes, empezó siendo una manera de identificar a los carros de mercadería que trabajaban en la zona portuaria y luego se aplicó en los colectivos.
Hasta que una ordenanza prohíbe el fileteado en el transporte público porque era causa de que no se identificara fácilmente la línea (de recorrido) que correspondía.
Si bien dejó de ser habitual, siempre estuvo: en carteles de bares, en artesanías de las ferias, siempre identificado con los barrios porteños, con el tango y los bares.





En el último tiempo los artistas volvieron a darle protagonismo,  aplicado a nuevos objetos y formas.
La revitalización, que también se debe a la captación de turistas, es un puntapié para la identidad porteña, que entre cada vez más cemento y gente vuelve a sus raíces, coloridas y ornamentadas, como queriendo manifestar que sigue vigente la cultura esencial.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el 30 , de Noviembre del 2015, declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad al fileteado, que se suma así –con el mismo nombramiento- al tango, volviendo a ser una dupla inseparable de identificación porteña.Este nombramiento equivale a reconocer un pedacito de la cultura argentina en cualquier parte del mundo, haciendo del fileteado un arte de la humanidad que lleva nuestra impronta.

Lo que corresponde a semejante honor es tal responsabilidad, que más alla de implicar respeto y reconocimiento, hay que trabajar en pos a salvaguardarlo (y seguir aplicándolo), proteger el arte y por supuesto a los artistas, que sin ellos no podría trascender esta tradición que hoy también es orgullo argentino internacional. 



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